El hombre en la cola de Josephine Tey.

Casi desde que empecé con el reto de las Inquilinas de Netherfield todos los clásicos grandes y pequeños he traído a Josephine Tey al blog, una autora que ya sabéis que me encanta y esta vez lo hago con El hombre en la cola, la novela que supone la presentación de Alan Grant su detective estrella, para la versión libre: "clásico publicado inicialmente con seudónimo".

         Editorial: Hoja de lata. Fecha de publicación: 1919/2020.312 pág.

La autora:Josephine Tey (Inverness,1896-Londres,1952), es el seudónimo principal de Elizabeth Mackintosh, escritora y dramaturga escocesa, celebre por sus novelas de misterio.Pese a pertenecer cronológicamente a la llamada Edad de Oro de las novelas británicas de intriga, las narraciones y los personajes de Tey se alejan de los estereotipos que comparten los titulos clásicos de suspense.

En 1929, su novela El hombre en la cola cosechó un éxito notable e introdujo a su personaje Alan Grant, de Scotland Yard, que protagonizará otras cinco novelas como Un chelín para velas, 1936 y La hija del tiempo,1951.

De entre sus otras obras cabe destacar: La señorita Pym dispone, 1946, El caso de Betty Kane, 1948, Patrick ha vuelto,1949. Todas ellas ponen de manifiesto la gran capacidad de análisis psicológico de la autor y su propensión a las tramas abiertas de final sorprendente.

Josephine Tey donó a su muerte toda su obra a la Nacional Trust of Scotland.

Argumento: Londres, años treinta. Una larga cola frente al teatro Woffington espera impaciente para ver la comedia musical del momento. De pronto, un hombre parece desmayarse en medio de la multitud. Es Bert Sorrell, un joven corredor de apuestas, y acaba de ser apuñalado por ls espalda con una fina daga.

Ni el estado de shock de la señora Radcliffe, testigo más próxima a la victima, ni el té en el camerino de la encantadora Ray Marcable, estrella del musical, ni las alocadas teorías anarquistas de la señora Field, casera de Alan Grant, parece arrojar luz al caso. Y sin embargo nuestro intuito inspector de Scotland Yard ya tiene a su culpable: se trata de Jerry Lamont, mejor amigo de Sorrell, un hombre de aspecto extranjero que huyó precipitadamente de la cola el día de autos y cuya pista se sitúa ahora en un pueblecito de las Highlands. Con su traje de pesca en la maleta a modo de camuflaje, Grant se sube al primer tren rumbo a Escocia dispuesto a cazar a su asesino y a disfrutar después de una placentera jornada de pesca. Pero no es oro todo lo que reluce y puede que este caso tenga algún que otro cabo suelto que atar ( y más de un perjuicio por desterrar).

El hombre en la cola es el primer caso del inspector Alan Grant, un misterio londinense lleno de ingenio, humor británico y velada crítica a los clichés de la época.

Análisis de la novela y opinión personal: En el teatro Woffington de Londres tiene lugar la representación de la comedia musical ¿ No lo sabéis? protagonizada por Ray Marcable y Golly Gollan, una atractiva estrella y un galán maduro; tras un éxito de dos años, nos encontramos en la última semana antes que la interprete principal se marche a Estados Unidos, no es extraño pues que la gente se agolpe a las puertas formando una enorme cola deseosa de adquirir las entradas.

Así que, cuando un hombre cae desplomado y se descubre que tiene clavada una daga en la espalda, nadie se haya percatado de nada ¿o si?.

Los encargados de la investigación deberían ser los policías de la comisaría de Gowfridge, pero tienen tanto trabajo acumulado que se desembarazan del caso para remitirlo a Scotland Yard y el superintendente Baker decide que sea el inspector Alan Grant el oficial al mando, junto al sargento Williams.

Aunque al principio las pistas serán escasas, poco a poco el inspector Grant parece tener claro quién es el asesino, un amigo íntimo de la víctima a quién se vió huir de la escena tras una fuerte discusión. Su aspecto exótico ( su abuela era italiana) y el inspector Grant se refiere a él como el Dago (término despectivo del argot británico utilizado para referirse a los extranjeros especialmente italianos pero también portugueses y españoles), la descripción de los periódicos y la pericia del inspector pronto acorralaran al asesino, pero este no se dejará capturar fácilmente porque además mantiene que es inocente, y si algo tiene el inspector Grant es que es honesto y en su puzzle perfectamente ensamblado hay piezas que no le encajan... tal vez están persiguiendo al asesino equivocado...

Dividida en dieciocho capítulos con título y narrada en tercera persona por un narrador omnisciente que en ocasiones adopta el punto de vista del inspector Grant, El hombre en la cola nos lleva a la Inglaterra de entreguerras, desde el bullicio de la ciudad de Londres a los paisajes apacibles de Carninnish, un pueblecito donde las actividades principales son la pesca en los tranquilos lagos o tomar el té en casa del vicario local, para presentarnos el primer caso del inspector Alan Grant, un investigador intuitivo e inteligente que no desdeña el trabajo de calle ni la persecución de los sospechosos, pero que valora también sus corazonadas que terminan llevándole sobre el camino correcto.

La historia arranca con un crimen cometido entre una multitud, lo que demuestra que es más fácil matar en presencia de miles de personas que en un paraje solitario; sobre todo si como en este caso cada uno va a lo suyo. No se trata de además de un asesinato que el lector pueda resolver, porque las pistas que se van proporcionando no dan lugar a ello y la principal la facilita un personaje casi al final, así que no nos quedará otra que ser meros espectadores de la investigación de la policía, desde luego nada nos impide especular por nuestra cuenta, pero no tenemos datos para acertar, y la escritora lleva a su inspector por derroteros que al menos a mi me han despistado.

Tres cosas me han llamado la atención: Primero, los perjuicios, ese desprecio con que el inspector protagonista se refiere al "sospechoso" como Dago, aunque a partir de un momento concreto se conoce su nombre, y que parece equiparar a extranjeros y delincuentes, y los prejuicios tal vez no tan acusados entre ingleses y escoceses por boca de la Sra Field, la casera del inspector Grant cuando este va a viajar a Escocia, a la que califica como tierra pobre, donde sabe Dios que le darán de comer, aislada  y donde no se había oído hablar ni siquiera de las pastas de té.

Segundo: La importancia de las "caseras", tanto la de Alan Grant, la Sra Field, como la del sospechoso, la Sra Everett, mujeres de ideas claras, decididas y que cuidad amorosamente de sus inquilinos, además de aportar valiosas pistas.

Y Tercero: Ciertas pinceladas, llenas de crítica social, que nos recuerdan que están en el periodo de entreguerras encarnadas en los soldados que lucharon por su patria en el frente de Francia, y que ahora desempleados, sin que el Gobierno se preocupe de ellos y que deben ganarse la vida vendiendo cuadernos y baratijas.

El hombre en la cola es la primera novela publicada por Josephine Tey y los personajes no están demasiado desarrollados. Destacan en mi opinión. El inspector Alan Grant, atractivo, inteligente e intuitivo, las dos caseras ya mencionadas, la Sra Field y la Sra Everett, la estrella Ray Marcable, de inefable encanto, dulce y sencilla en apariencia que oculta una voluntad de hierro, o la Señorita Dinmont, serena y decidida.

Me ha gustado El hombre en la cola, una historia amena y entretenida y con el estilo inconfundible de la autora; sin embargo tengo que decir que la he disfrutado menos que las novelas posteriores  que he leído, más complejas y maduras y con unos personajes mejor perfilados. Aunque es una buena opción para acercarse a la narrativa de Josephine Tey.

Para terminar: Nota final que me ha llamado la atención " terminose de imprimir esta edición de El hombre en la cola en los talleres del Sgraf el 25 de Mayo de 2022, dos años después de que el afroamericano George Floyd muriera asfixiado por un policia blanco. Recuerde Mr Grant que los perjuicios asesinan.

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