Pensé que nunca iba a empezar con el reto de Serendipia recomienda, pero al final llegó el día y lo hago con una estupenda novela recomendada por nuestra querida Undine del blog Las lecturas de Undine.
Editorial: Ediciones invisibles. Fecha de publicación : 1990/2022. 136 pág.
La autora: Birgit Vanderbeke (Dahme, Alemania 1956- Saint Quentin- la Poterie, Gard. Francia) Estudió leyes y Filosofía románica y lenguas romanas. En 1990 obtuvo el prestigioso Premio Ingeborg Bachmann con la novela Mejillones para cenar, que le hecho ser considerada una de las grandes autoras de la literatura actual, además de otros premios como el Hans Fallada o el Roswitha. Su familia huyó de la Alemania Oriental. Entre sus novelas destacan: Alberta tiene un amante, 1997 y En tiempos de paz, 1998. Desde 1993 hasta su muerte vivió en Francia.
Argumento: Una modélica familia de la Alemania Oriental es pera la llegada del padre. El cabeza de familia que regresa de un viaje de negocios que tiene que suponer para él el ascenso laboral y social. Han preparado mejillones para cenar, su plato preferido, aunque en realidad a los demás no les gustan especialmente. Pero pasan las horas y el padre no llega... Madre, hijo e hija empiezan a hablar y poco a poco se va gestando una revolución que pondrá en duda el sistema patriarcal ql que se hallado sometidos.
Análisis de la novela y opinión personal: Una mujer, su hija y su hijo están esperando al padre de familia para cenar, este se encuentra de viaje de trabajo y los tres confían en que regrese con el ascenso que lleva tiempo esperando y que se merece por su esfuerzo. Para celebrarlo han preparado cuatro kilos de mejillones, el plato favorito del padre, aunque a ninguno de los demás les gusta (a algunos incluso les da asco), pero se trata de una ocasión especial. No obstante las horas pasan y el progenitor se retrasa... a la inquietud inicial (¿Que le habrá sucedido?), le suceden el fastidio y el hastío. Sentados a la mesa, mientras los mejillones se van enfriando, perdiendo el color y volviéndose babosos, y acompañados de una botella de vino, la madre, la hija y el hijo sufren una catarsis, y a través de los recuerdos vomitan su rebeldía contra el padre que los tiene oprimidos.
Narrada en primera persona por la hija mayor, en un tenso e intenso monologo, que incorpora sin embargo algunos diálogos de forma indirecta y un estilo que, bajo su aparente inocencia rezuma ironía, sarcasmo y mucha crítica social, Mejillones para cenar no solo nos ofrece un magnífico retrato de un padre déspota, violento, machista y controlador, que convierte a su esposa e hijos en victimas y cómplices, fomentando entre ellos la delación para impedir que se unan e insubordinen, sino también una ácida semblanza del gobierno de la RFA y su régimen de miedo y desolación.
La historia gira entorno a cuatro personajes ( que curiosamente no tienen nombre, como para convertirlos en arquetipos y que solo se identifican por el papel que adoptan en la unidad familiar):
El padre, el único físicamente ausente pero cuya presencia los domina a todos. Un hombre de extracción humilde que logra hacerse a si mismo, que huye de la Alemania Oriental en compañía de su esposa en busca de un futuro mejor, pero que lleva dentro de si lo peor del país que abandona: El hombre utiliza el terror y el desprecio para someter a su familia, minusvalorando sus virtudes y sentimientos para transformarlos en seres manejables que unicamente deseen ajustarse a sus expectativas.
La madre, sensible, delicada, que vive totalmente anulada por su esposo, porque sus gustos y su forma de vestir no se corresponden con lo que su marido espera de ella, limitada a su trabajo como maestra (donde si es valorada e incluso temida), y el hogar; la mujer ha perdido su capacidad de pensar por si misma en cuanto entra en la esfera de su cónyuge.
La hija y el hijo, que en opinión de su padre tienen los papeles cambiados: vivaz, animosa, inteligente, indómita la hija, pero físicamente poco atractiva, no es como debe ser la mujer capaz de atraer a un hombre; frágil, tierno, dócil, el hijo, mucho más femenino que su hermana, un varón del que es imposible sentirse orgulloso...
Me ha encantado Mejillones para cenar, una novela corta pero potente, que se lee sin poderla soltar, con tensión, curiosidad y lástima hacía las víctimas sometidas; una historia escrita con belleza y habilidad narrativa, y un final sorprendente y liberador.
Para terminar: · Me quedé mirando la olla de la que salía aquel ruido, pues aunque yo no ignoraba que los mejillones todavía estaban vivos... tanto es así que al principio pensé que sería otra cosa, aunque el ruido procedía de la olla sin lugar a dudas, pues era un ruido indudablemente nuevo para mi que me produjo desasosiego, en parte también porque estábamos nerviosos e inquietos...".
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Hola! Jajaja pensé que venía con una receta de cocina por el título.
ResponderEliminarGracias por compartirlo, me parece una lectura diferente y muy original.
Saludosbuhos!
Hace bastante tiempo que tengo esta novela esperando en mi lista de pendientes. Estuve a punto de cogerla para el reto de Serendipia, pero entonces pensaba que, fuera como fuera, la iba a leer en breve y preferí coger otras para asegurar su lectura. Luego, esta fue quedando sepultada. Me alegro de tu reseña, que me ha vuelto a dar muchísimas ganas de ponerme con la novela. Los mejillones son una de las cosas que más me gustan. De mar, sin duda, la que más.
ResponderEliminarYo estoy ahora con la reseña de la segunda del reto.
Un beso.
¡Hola! Parece un libro muy original pero yo no creo que sea para mí. Un besote :)
ResponderEliminarHola!! rayos pensé que era una receta y yo en plan a ver que tal jajaj caí. Un libro que no conocía, pero que tiene buena pinta y al tener menos de 200 páginas puede que me anime a leerlo.
ResponderEliminarParece mi tipo de libro. Tomó nota Te mando un beso.
ResponderEliminarHola yo este libro también lo escogí, estoy en el reto Serendipia recomienda. Lo inicié hace tiempo y no sé muy bien porqué me estanqué. Voy a darle otra oportunidad que según tu opinión merece la pena. Gracias por la reseña
ResponderEliminarHola, Mar.
ResponderEliminarCuando salió este libro, su título fue lo que más llamó mi atención. Después de haber visto reseñas, he de confesar bastante dispares (no todas positivas, pero sí que a la mayoría os ha transmitido bastante), pensé en que tenía que leerlo sí o sí, además su temática me atrae. Creo que su brevedad e intensidad también me impactarán a mí. Me gustan esos libros que en poca extensión, ¡dicen muchísimo! Este parece ser uno.
Un abrazo.
Hola Mar, ya sabes que este lo vi en el reto Serendipia... en principio me llamó la atención, pero luego me decanté por otros, aunque no descarto leerlo también...
ResponderEliminarUn besazo
Buenos días, Mar.
ResponderEliminarAquí me tienes, tarde pero fiel a mi cita con tu reseña. No sabes cuánto me alegra que este título te haya gustado. Ya que, muchas veces ofrecemos nuestras impresiones y quienes nos leen no están de acuerdo con ellas. Eso me hace sentir cierta responsabilidad.
En cuanto a este Mejillones para cenar, a mí me impresionó notablemente por su originalidad estilística, además del potente mensaje que subyace en el texto.
Un abrazo, y feliz rentrée!!