Cartas desde Tasmania de Anna Romer.

No conocía a Anna Romer, así que cuando Laky de libros que hay que lee,r Albanta de Adivina quien lee y Lunilla de El Templo de la lectura convocaron el sorteo y la lectura conjunta de Cartas desde Tasmania, me apunte sin dudarlo, aunque no tenía demasiadas esperanzas de que me tocara la verdad, así que fue una sorpresa cuando resulte agraciada con un ejemplar en el blog El templo de la lectura.

           Editorial: Suma de Letras, Fecha de publicación: enero 2016,  552 pág.
La autora: Anna Romer creció en el seno de una familia de amantes de los libros y de contar historias, lo cual le sirvió de inspiración para su eterna historia de amor con los relatos. Diseñadora gráfica de profesión, también ha pasado muchos años viajando por el mundo y acumulando vivencias para sus historias en el interior de Australia y posteriormente en Asia, Nueva Zelanda, Europa y Estados Unidos.
Sus novelas reflejan su fascinación por los diarios y las cartas del pasado, las intrigas familiares,  las mansiones de época y el amor en sus múltiples facetas, así como la pasión por la belleza incomparable del  paisaje australiano. Cuando no está escribiendo ( o enamorándose de otro libro), Anna es una activa jardinera, tejedora, senderista y ecologista. Vive en Nueva Gales del Sur en una remota propiedad rural.
Su primera novela, Una casa en Thorwood, se publicó en 2014.
Argumento: Cuando todo lo que crees saber se desmorona... ¿ Saldrías huyendo? ¿ O afrontarías la verdad?.
Ruby Cardel tiene una vida en apariencia normal- un novio cariñoso, una profesión que la apasiona-, pero en un terrible momento su mundo se derrumba. El descubrimiento de que la  muerte de su hermana Jamie no fue un accidente le hace cuestionarse todo lo que sabe acerca de ella misma y su pasado.
Cuando Ruby decide volver a Lyrebird Hill, la propiedad en el campo donde creció junto a su madre y hermana, comienza a recordar ese año que ha estado bloqueado en su memoria. Allí encuentra escondidas unas cartas antiguas de una pariente perdida hace mucho tiempo, Brenna Magavin, escritas desde su celda en la prisión de Tasmania donde cumplía condena por asesinato.
Al leerlas Ruby comprende que la historia de su familia está marcada por la tragedia y la violencia. Y mientras poco a poco va juntando los fragmentos de la verdad, lo que finalmente descubra sacudirá toda su vida... y revelará lo que le pasó a Jaime el fatídico día de su muerte.

Análisis de la novela y opinión personal: Cartas desde Tasmania tiene una estructura de novela que suele gustarme, dos hilos temporales una del presente y otra del pasado, narrados en primera persona por dos mujeres y que se van alternando, en el presente nos encontramos en 2013 con Ruby Cardel quien aparentemente lo tiene  todo en la vida para ser feliz, un trabajo que le apasiona, es propietaria de una pequeña librería, un novio comprensivo y cariñoso que además es autor de relativo éxito... sin embargo su tranquila existencia parece resquebrajarse cuando empieza a sospechar que su novio  puede serle infiel y un encuentro fortuito con una antigua vecina de la infancia, Esther Hillard,  remueve un pasado del que apenas guarda recuerdos, así descubre por boca de su madre ( con la que mantiene una relación más bien distante), que la muerte de su hermana Jaime, ocurrida hace casi dieciocho años no fue un accidente, dolida y angustiada decide regresar a Lirabyd Hill,  donde todo ocurrió para aclarar sus ideas y provocar sus recuerdos ya que ella estaba presente cuando su hermana murió...

Y en el pasado en 1898 con Brena Magavin,  una joven que vive también inocente y feliz en Larebyd Hill con su padre, sus únicas ocupaciones son pasear por el campo y dibujar, para lo que tiene especial talento, y visitar el poblado maorí con varias de cuyas mujeres ha entablado gran amistad, . Pero el padre de Brenna no es muy buen administrador, y desde la muerte de la madre de la joven  la finca va un poco a la deriva tanto que coreen el riesgo de perderla, para evitarlo Brenna acepta casarse con  Carsten Witby, un hombre mayor que ella, y del que no esta enamorada pero que ha prometido que Larebyrd Hill seguirá como siempre, sin embargo Brenna no tardará en arrepentirse de su decisión....

Dividida un prólogo y 22 capítulos, Cartas desde Tasmania nos habla de amor, traiciones, secretos familiares, crímenes ...y pese a que  todas estas cosas  me llaman dentro de una historia, lo cierto es que a mi la novela no me ha enganchado,  Me explico, empecé muy bien y hasta casi la mitad lo leí de un tirón, pero de repente comencé a aburrirme,  ni los problemas de Ruby ni los de Brenna me importaban nada, todo me parecía muy repetitivo y sin gracia, de hecho paré dos o tres días y me puse con otra cosa que me apetecía más, luego no se si por obligación o porque, volví a retomar el libro y debo decir que  varias cosas del final me sorprendieron bastante.
En cuanto a los personajes,  tanto Ruby como Brenna me gustaron por igual, hay cosas que Ruby tiene de positivo,  y otras no tanto, lo mismo que Brenna, aunque la historia de amor de esta última me parece un poco traída por los pelos y es que los hombres de la novela no tiene casi entidad, aunque puestos a elegir, me quedaría con Lobo..
Si le tome cariño a Adele, la cuñada de Brenna,  con un papel que fue creciendo en importancia...
Para mi lo mejor, la forma en que la autora describe los paisajes de Australia, lo hace con una precisión ,serenidad y belleza que parece que estas allí: " El paisaje se hizo de golpe muy sombrío, bajo una fronda de eucaliptos de madera fibrosa y eucaliptos rojos cubiertos de barbas doradas de muérdago. Pasé por una cantera de arenisca, con el corte en la piedra de color hueso descolorido por el sol y el terreno lleno de marcas. En la tierra reseca proliferaban escuálidos árboles del té, las colinas peladas estaban cubiertas de  de bloques de granito, los sauces tapaban las grietas en la roca por donde discurrían los cursos de agua. Un paisaje áspero y feo para quienes no lo conocieran. A mi me resultó tan misteriosamente bello que el corazón se me desboco..."
" Una vez allí contemplé la bahía con las oscuras aguas al fondo. El aire era frío y salado y mientras lo aspiraba levanté los brazos como si fueran alas y me imagine volando sobre el agua, por encima de la espumas de las olas azul verdosas, hasta llegar a la otra orilla; luego sobre las carreteras, las ciudades y los cerros esquilmados como pastos por el ganado, girando al oeste y sobrevolando la meseta de granito y las estribaciones occidentales hasta divisar la tierra en forma de corazón que era mi casa. ".
Para terminar: Aunque la novela no ha resultado lo que yo esperaba, sigo deseando leer Una casa en Thornwood primera novela de la autora.

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