Basada más en el musical de Alain Boubill y Claude.Michel Schonberg que en la novela, esta película, protagonizada por Hugh Jackman en el papel de Jean valjean, Anne Hathaway en el de Fantine y Russell Crowe como Jalvert, tiene el aliciente de que son los propios actores los que cantan las canciones, decisión que supuso horas y horas de ensayos, pero que da un mayor realismo al resultado final, ya que según el director," el problema es que cuando se canta en playback, el actor no puede estar
entregado al momento porque debe reproducir con total exactitud algo que se grabó meses antes, en cambio si canta en directo, su interpretación es más libre y más realista".
En cuanto al rodaje, éste empezó en Gourdon, en el sur de Francia, para luego
trasladarse a los muelles históricos de Portsmouth y Chatham, en el sur de
Inglaterra. Más tarde, siguió en el Old Royal Naval College de Greenwich, en el
que la diseñadora de producción Eve Stewart ubicó el Elefante
de la Bastilla, una figura de 12 metros de altura y poliestireno que reproduce
el monumento ideado por Napoleón y nunca construido, pero inmortalizado por
Víctor Hugo al convertirlo en el refugio de Gavroche. Finalmente, el París de
1832 se recreó entre las calles adoquinadas de Winchester y los estudios
Pinewood de Londres, en particular en el plató Richard Attenborough: «Son
unos decorados colosales. Quería conseguir un realismo extremo para que la
película estuviera arraigada en una realidad visceral. Casi podría llamarlo
realismo mágico», cuenta Hooper. «El aspecto operístico nos permitía
inclinarnos hacia un estilo un poco más exagerado».
Por lo que respecta al vestuario, diseñador Paco Delgado se inspiró en pintores de la época como
Eugène Delacroix y Francisco de Goya para abarcar todas las clases sociales a
través de 33 años: «Había de todo, convictos, prostitutas, monjas, ricos,
pobres», asegura. «Ha sido una tarea asombrosa».
En total, se precisaron de 2.200 trajes para los figurantes que llegaron desde
Francia, España, Italia e Inglaterra, los cuales, una vez entregados, eran
“estropeados” intencionadamente por el equipo del diseñador para reflejar así la
mísera vida del pueblo en aquella época.
Pese a este asombroso despliegue de medios las criticas que yo he leído son bastante negativas, llegando a ser calificada por algunos de "monumento a la irregularidad": tanto en interpretaciones, como en adaptación y dirección.
En cuanto a mi, que he visto varias de las versiones de la novela, pero no el musical, lo cierto es que la película me ha gustado mucho, pese a su duración no se me ha hecho pesada y algunas partes me han emocionado ( aunque no digo cuales fueran para no desvelar el argumento a quienes no lo conozcan).
Eso si, pienso que es una película para ver en el cine, en la pequeña pantalla opino que perdería gran parte de su majestuosidad.
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