martes, 25 de octubre de 2016

Allá en la Patagonia ( la vida de una mujer en una tierra inhóspita) de María Brusnwing de Bamberg.

Siempre me han llamado la atención las historias de hombres y mujeres ( aunque principalmente mujeres), que por diversos motivos han cogido sus bártulos y se han marchado a vivir a otro país, sobretodo en tiempos pasados cuando viajar era tan complicado y dejar tu tierra podía significar no volver a verla nunca más y con ella a tus familiares, amigos o amor. Por eso cuando encontré esta novela en una librería de segunda mana que suelo visitar, me la llevé sin dudarlo.
                    Editorial: Jaime Vergara. Fecha de publicación:1998. 320 pág.

La Autora: hablar de la autora aquí es un poco ·"complicado", porque la novela está constituida por un conjunto de cartas que Ella Hoffman envía a su madre Mutti, que vive en Alemania, desde la Patagonia Argentina, también hay alguna de Herman, el marido de Ella,con la misma interlocutora, de recoger estas cartas se encargo la hija mayor del matrimonio, María. nacida en Alemania en 1915, pero que se crió en la Patagonia Argentina, que volvió a Alemania a estudiar y que en 1935 regreso a la Patagonia, porque en Alemania las cosas se estaban poniendo muy feas. Lo curioso es que María no sabía hablar castellano, porque sus padres prohibieron en casa que se hablara otra cosa que no fuera alemán. En Argentina conoció a su esposo, un medico judío alemán que escapó milagrosamente junto a su familia, Después de vivir tres décadas en Argentina, el matrimonio volvió a Alemania en 1963, Allí María para no olvidar su castellano, comenzó a traducir las obras de los autores latinoamericanos al alemán ( Había obtenido  el titulo de traductora al inglés y al alemán en la Universidad de Córdoba. Argentina) y durante veintiséis años se dedico a la traducción. A traducido a Carlos Fuentes, Octavio Paz, Uslar Pietri...
Sus obras "propias" hasta donde yo conozco son: Allá en la Patagonia 1995 y Memoria de dos mundos (Allá en la Patagonia II), 2011.
Argumento:  El 3 de Febrero de 1923, después de una travesía de 30 días desde Hansburgo, Ella Hoffman llega con sus tres hijas a Buenos Aires, rumbo a la Patagonia, donde Herman Brunswig, su marido y padre de kas niñas trabaja como administrador de una estancia y espera ansioso e reencuentro con la familia, después de tres años y medio de separación.
Esta es una selección de las cartas intercambiadas hasta 1930 entre Ella y Mutti, su madre, hecha por María, la hija mayor, 70 años después. Pero no se trata de una simple recopilación, sino de un juego de tiempo, de voces, pleno de agilidad  y riqueza.
El dialogo epistolar da a Allá´en la Patagonia una intensidad inusual, además de una visión Europea del Sur Argentino de los años 20. Ella habla a su madre del mundo nuevo que está descubriendo y se revela como una gran luchadora. En síntesis, una sencilla crónica familiar que abre distintos horizontes sobre una región inhóspita y al mismo tiempo generosa.
Análisis de la novela y opinión personal: Esta es la segunda novela epistolar que leo en dos o tres meses, ya comenté cuando reseñé Memorias de una heredera con demasiado tiempo libre, que el género epistolar me gusta mucho y que disfruto con su lectura porque me parece una manera " distinta" de conocer a los personajes, de entrar en su " intimidad", de empatizar con ellos, cierto que en las cartas se puede mentir para disfrazar la realidad, pero también en los diarios, y sin embargo en toda mentira  de este tipo siempre hay algo de verdad...
Cuando encontré el libro lo primero que me llamó la atención fue la época ( 1923.1930), en esos momentos hacer un viaje al otro extremo del mundo, con tres niñas pequeñas y para establecerse durante un periodo más o menos largo suponía un montón de preparativos, mucha organización y la conciencia de que tal vez no volverías  o   de que cuando lo hicieras, tal vez no encontraras a alguna de las personas que dejaste al marchar. Sin embargo Ella no se lo pensó demasiado, cuando a su marido Herman Brunswing, oficial de marina  que lo perdió todo tras la Primera Guerra Mundial, le ofrecieron por mediación de su hermano Peter, trabajar en la estancia La Federica, en la Patagonia Argentina, fue la primera que lo animó a marcharse, a establecerse allí y conseguir un lugar donde pudieran vivir todos juntos, no esperaba que la separación de su esposo durara más de tres años, pero lo aceptó resignada y mientras tanto obtuvo el titulo de enfermera que luego le resulto muy útil.
Cuando al fin consiguió embarcarse en el Vapor Vigo, soportó estoicamente el largo viaje de treinta y un días a Buenos Aires, luego ocho a lo largo de la costa patagónica para llegar a puerto Deseado y más tarde tres días en coche hasta la estancia del Lago Ghio donde por fin puede reunirse con su marido.
Allá en la Patagonia recoge las cartas que Ella le envió a su madre durante siete años de 1923 a 1930, en ellas se nos muestra como era la vida en aquellas inhóspitas y generosas tierras: los hombres trabajando la mayor parte del día y las mujeres pariendo y cuidando hijos y atendiendo las labores del hogar, sin agua, sin luz, sin apenas comodidades, cociendo el pan, salando la carne, plantando verduras, cuidando a los heridos y enfermos, un contraste muy notable con la vida que había llevado hasta entonces...
También habla de los vecinos, algunos de los cuales acaban convirtiéndose en amigos y más tarde familia, de los indígenas, de la prácticamente inexistente vida social...
Pero el libro no solo recoge las cartas de Ella, también, aunque son solo dos o tres, se incluye alguna de Herman, en ellas le cuenta a Mutti, su suegra, alguna sorpresa para su mujer o sus hijas, o algún detalle que Ella no le ha querido contar, como uno de sus abortos.
De la que no se sabe lo que opina o noticias de manera directa es de Mutti, lo que conocemos de ella y del resto de la familia de Alemania es por las cartas de Ella que hacen referencia a lo que le cuenta su madre.
Aunque las cartas no están escritas por María, sino por Ella, su madre y por su padre Hermann, María es la  " autora "   y es que hace algo más que recoger las cartas, las organiza, estructura, aclara alguna de las situaciones con notas a pie de página o tras los escritos  nos presenta el árbol genealógico, nos enseña fotografías  y nos cuenta la historia de su familia y el porqué del libro.
Aunque a través de las cartas se nos presenta a Herman, a Mutti, a María, a Iya , a Asse, a Lucas Bridge, o a la familia Schöder, a quien mejor conocemos es a Ella, una mujer decidida, emprendedora, luchadora, una madre, esposa e hija amorosa, pero también un poco altanera y snob, que mira por encima del hombro a muchos de los habitantes de la Patagonia, que se considera superior por ser europea y alemana, y que nunca permitió por ejemplo que sus hijos aprendieran castellano mientras eran pequeños y solo les permitía hablar en alemán.
Allá en la Patagonia me ha gustado, porque ha sido capaz de trasladarme a otro lugar y otra época desconocidos para mi, y lo ha hecho de una forma amena y sencilla.
Para terminar: Reseño la novela más a titulo de curiosidad que otra cosa porque como dije lo compré en una librería de segunda mano y no se si se podrá conseguir fácilmente, Memorias de una traductora " La Segunda parte" , no esta disponible, por lo que a esta posiblemente le pase lo mismo.

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7 comentarios:

  1. No conocía la novela. También me gusta transportarme con la lectura a lugares exóticos, pero el estilo epistolar no acaba nunca por satisfacerme.
    Un beso

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  2. No soy muy de leer en formato epistolar pero tiene muy buena pinta, una pena que no sea fácil de conseguir
    Besos

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  3. El formato epistolar me encanta, pero es que además esta novela (que no conocía de nada) me parece super interesante. Gracias a cartas como estas, que hijos y familiares guardaban, conocemos muchísimo de otras épocas que nos parecen muy lejanas por lo distintas que eran pero que realmente no hace tanto tiempo que pasaron. Me lo apunto sin duda.

    ¡Besote!

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  4. El formato epistolar suele aburrirme mucho, pero me la apunto porque me gusta lo que cuentas de ella y de sus personajes. Besos

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  5. Pues sí... interesante parece, y mucho!!
    Ya me dirás, más de un mes de viaje para llegar a tu destino... y ahora con un avión te plantas en menos de un día... ¡¡bendita evolución!!
    Y sí, las novelas epistolares tienen un no se qué especial, verdad?
    Un saludo!! ;)

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  6. Me gusta descubrir este tipo de historias y lo de que sea difícil de conseguir es un extra porque me encanta encontrar tesoros difíciles jeje

    Besos =)

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  7. Cuánto juego dan las cartas a la hora de escribir una novela... permiten conocer a los personajes mejor, como desde dentro y eso siempre enriquece la narración. A veces las librerías de viejo nos dan estas alegrías. Un beso.

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