sábado, 22 de diciembre de 2012

Tendidos en la Oscuridad de William Styron.

Es la primera novela de Styron y le colocó en primera linea de los escritores norteamericanos de postguerra, ya que desde su publicación en 1951 obtuvo un inmediato reconocimiento internacional.
T Quizá para entenderla sea preciso recordar que Tendidos en la Oscuridad se desarrolla en el Sur, en la primera mitad de los años cuarenta, entre el ataque a Pearl Habour y la destrucción atómica de Hiroshima y Nagasaki, es decir, en una época critica en que el Sur de los Estados Unidos vive su más drástica evolución moderna.: Por una lado se consuma  la decadencia de las grandes familias ante el imparable  proceso de industrialización de la zona que cede el dominio a una nueva clase social. notoriamente influida por las formas de vida del norte y por otro laso sobreviven los viejos rasgos del carácter sureño: el singular fanatismo religioso, la superstición, la violencia, la conciencia de derrota contrapuntada por el orgullo de la casta, la resignación, la angustia del vivir, la incesante búsqueda entre las cenizas de la verdadera razón de ser de su identidad.

La historia se centra en el seno de una familia constituida por el abogado Milton Loftis, su esposa  Helen, hija de un coronel del ejercito, y sus dos hijas: Peyton y Maudie. Este microcosmos familiar es un campo abonado a la discordia. La religiosidad y el afán de dominio de Helen, junto a su desmesurado amor por la pequeña Maudie, chocan con la desafección y la ambigua inclinación de Loftis por Peyton,  la otra hija, quien a su vez odia a su madre y busca refugio en su padre. Loftis es un abogado mediocre que depende de la fortuna de su esposa, se refugia en el alcohol y tiene una amante.
Es el suicidio de Peyton en Nueva York, eje entorno al cual gira el relato, el que otorga a la novela la autentica dimensión de su carnadura superior. Es el " leit -motiv" que articula la reflexión moral de Styron. Abrumado por el dolor, Loftis se  enfrenta con la culpa. El sentimiento de inutilidad del sacrificio, tan arraigado en los sustratos de la sociedad sureña, explica el afán de huida, ilusoria pretensión, como lo demuestra el suicidio de Peyton, en Nueva York, ya que toda alternativa existencial le es negada.


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