El año pasado cuando le concedieron a Antonio Muñoz Molina el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, decidí que volvería a leer esta novela que tanto me había gustado, pero estaba liada con otras lecturas, y no encontré tiempo, creo que en el fondo me daba un poco de miedo porque en su momento me encantó y ¡quien sabe!, quizás pasados los años hubiera perdido su magia... Sin embargo este año casi sin planteármelo he vuelto a releerla...
Editorial Seix Barral, fecha de publicación:1987. 224 pág.
El autor: Antonio Muñoz Molina nació en Úbeda, Jaén el 10 de enero de 1956 . Es escritor español y académico de número de la Real Academia Española desde 1996. En 2013 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
Estudió en las escuelas Profesionales de la Sagrada Familia ( SAFA) durante su infancia y luego bachillerato en el colegio salesiano Santo Domingo Savio y en el Instituto San Juan de la Cruz de Úbeda. Siguió historia del arte en la Universidad de Granada y Periodismo en la de Madrid. En los años ochenta se estableció en Granada donde trabajo como funcionario y colaboró como columnista en el diario Ideal, su primer libro es una recopilación de esos artículos aparece en 1984 con el titulo El Robinson urbano.
Su primera novela, Beatus Ille, apareció en 1986.En 1990 viaja por primera e a Nueva York que se convertirá en su segunda casa y donde llegó a dirigir El Instituto Cervantes. De este periodo surge el diario Ventanas de Manhattan 2004. En 1995 fue elegido miembro de la Real Academia Española
Antonio Muñoz Molina ha combinado la novela con el ensayo y el periodismo. En 1987 El invierno en Lisboa le proporcionó el Premio de la Critica y el Nacional de literatura, y le descubrió como un narrador de gran hondura y enorme fabulación. Con El jinete polaco 1991 ganó el Premio Planeta y de nuevo el Nacional de Literatura.
Entre sus novelas destacan Beltenebros 1989, Plenilunio 1987, En ausencia de Blanca 2001, Sefarat, 2001, Como la sombra que se va 2014.
Argumento: Esta historia es un homenaje al cine negro americano y a los tugurios donde los grandes músicos inventaron el jazz, una evocación de as pasiones que discurren en el torbellino del mundo y el resultado y el resultado de la fascinación por el crimen. Entre Lisboa, Madrid y San Sebastian, la inspiración musical del jazz envuelve una historia de amor, el pianista Santiago Biralbo se enamora de Lucrecia y son perseguidos por su marido, Bruce Malcom, mientras un cuadro de Cezanne también desaparece y Toussaint Morton, procedente de Angola y patrocinador de una organización ultraderechista, traficante de cuadros y libros antiguos, también participa en la persecución.
Análisis de la novela y opinión personal: El invierno en Lisboa recoge la historia de Santiago Biralbo, un músico de Jazz y su amor por Lucrecia, un amor desde el primer momento destinado al fracaso y tal vez por eso evocado durante toda la novela con nostalgia y añoranza.
El relato, en primera persona, nos es contado por un narrador del que no sabemos el nombre, pero al que el músico se confía a lo largo de una interminable noche, después de un encuentro en un bar de Madrid. Ambos se conocieron hace unos años, intimaron y el narrador fue testigo, con envidia, de la historia de aquella pasión maravillosa que él imagino con final feliz, nada más lejos de la realidad, aquel amor que parecía eterno, se apagó con funestas consecuencias para todos. Ahora Lucrecia esta desaparecida y Santiago ( bajo otro nombre) huye de una muerte parece que segura, el marido de Lucrecia, Malcom le persigue para matarle y esta aquel " asuntillo" del cuadro de Cezanne, que todo el mundo piensa que Biralbo se quedó...
El relato, en primera persona, nos es contado por un narrador del que no sabemos el nombre, pero al que el músico se confía a lo largo de una interminable noche, después de un encuentro en un bar de Madrid. Ambos se conocieron hace unos años, intimaron y el narrador fue testigo, con envidia, de la historia de aquella pasión maravillosa que él imagino con final feliz, nada más lejos de la realidad, aquel amor que parecía eterno, se apagó con funestas consecuencias para todos. Ahora Lucrecia esta desaparecida y Santiago ( bajo otro nombre) huye de una muerte parece que segura, el marido de Lucrecia, Malcom le persigue para matarle y esta aquel " asuntillo" del cuadro de Cezanne, que todo el mundo piensa que Biralbo se quedó...
Utilizando la técnica del flacksback, Molina nos cuenta una historia de amor, misterio y música.
Un invierno en Lisboa es una novela de personajes como:
Biralbo es quizás el personaje principal, un músico extraordinario, un hombre magnético y atrayente, con mucho éxito entre las mujeres, pero es también un hombre solitario, amargado, que debe vivir mirando siempre por encima de su hombro.
También esta Lucrecia, joven casada con un americano, que se enamora de Biralbo sin medir las consecuencias pero a la que el amor pasa factura "Tampoco he visto más a aquella Lucrecia: la que vi después era otra, con el pelo mucho más largo, menos cercana y más pálida, con la voluntad maltratada o perdida, con una voz grave y recta expresión de quien ha visto la verdadera oscuridad y no ha permanecido limpio ni impune"
El narrador, del que aunque directamente no sepamos nada, se nos van dando pistas: su envidia de su amigo Biralbo"... pensé con envidia y rencor, que a mi nunca me había sido concedida una mujer como aquella", su soledad "... pero yo prefería que hubiera alguien conmigo... de volver a mi casa caminando solo..."
Floro Bloom: Propietario del Lady Bird en San Sebastian, lugar donde coinciden por primera vez todos los personajes..
Billy Swann: músico de Jazz ( personaje real).
Bruce Malcom el marido de Lucrecia y corresponsal de revistas extranjeras y dedicado a la exportación ilegal de pinturas y objetos antiguos.
o Toussant Morton, traficante de cuadros y asesino ocasional...
Pero es también una novela de ciudades:
Como San Sebastían: "Supongo que hay ciudades a las que se vuelve siempre igual que hay otras en las que todo termina y que San Sebastian es de las primeras... Tengo un recuerdo de fachadas con balcones de piedra oscurecidos por la lluvia, de un paseo marítimo ceñido a una ladera boscosa, de una avenida que imita al boulevar de Paris y tiene una doble fila de tamarindos desnudos en invierno, coronados en mayo por extraños racimos e flores de un rosa pálido muy semejante al de las espumas de las olas en los atardeceres de verano. Recuerdo las Quintas abandonadas frente al mar, la isla y el faro en mitad de la bahia y las luces declinantes que la circundan de noche y se reflejan en el agua con un parpadeo como de estrellas marinas, lejos, al fondo estará el rotulo azul y rosa del Lady Bird, con su caligrafía de neón, los veleros anclados qe tenían nombres de mujeres o países, los barcos de pesca que despedían un intenso olor a madera empapada y a gasolina y a algas..."
O Lisboa: "Había imaginado una ciudad brumosa como San Sebastian o Paris. Le sorprendió la transparencia del aire, la exactitud del rosa y el ocre en las fachadas de las casas, el unánime color rojizo de los tejados, la estática luz dorada que perdura en las colinas de la ciudad con su resplandor como de lluvia reciente... Como algo que me dijo una vez... que Lisboa es la patria de su alma, la única patria posible de quienes nacen extranjeros, también de quienes eligen vivir o morir como renegados...."
En ella podemos encontrar un homenaje al cine norteamericano ( hay un montón de referencias a Casablanca, en la relación entre Biralbo y Lucrecia) y más concretamente al negro en sus elementos más característicos: escenarios urbanos, oscuridad, violencia, persecuciones, revólveres y gabardinas, historias de amores imposibles...
No puedo decir otra cosa... ¡ Me ha encantado!, creo que me ha gustado más que la vez anterior y me he puesto alguna de las composiciones de Billy Swann de fondo mientras la leía, una de las mejores novelas con las que me encontré este año sin duda.
Para terminar: La verdad es que desde el primer momento me pareció que estaba hecha para llevar al cine, y resulta que así ha sido, en 1991 por José A. Zorrilla, con Christian Vadim, Helené de Saint-Pieré, Dizzy Gillispie, Fernando Guillén Cuervo y Eusebio Poncela.
Participa
Para terminar: La verdad es que desde el primer momento me pareció que estaba hecha para llevar al cine, y resulta que así ha sido, en 1991 por José A. Zorrilla, con Christian Vadim, Helené de Saint-Pieré, Dizzy Gillispie, Fernando Guillén Cuervo y Eusebio Poncela.
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De Antonio Muñoz Molina sólo he leído Plenilunio, no sé si finalmente encontraré tiempo para leer ésta pero la reseña me ha parecido interesantísima mar, un besote
ResponderEliminarEsta novela es de mis favoritas de Muñoz Molina, si te gusta el cine negro y el jazz, no puedes perdértela. Besinos.
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