Antes mueren los que no aman de Inés Plana.

Antes del confinamiento leí Morir no es lo que más duele, una novela que me pareció entretenida, aunque me resultó un poco difícil conectar con los investigadores protagonistas, de hecho no estaba muy convencida de continuar con la serie; sin embargo algunas recomendaciones y la curiosidad por conocer el destino de Luba (una niña desaparecida), me animaron a leer Antes mueren los que no aman, la segunda entrega, cuando me tropecé con ella en la biblioteca.Hoy la traigo al blog.

            Editorial: Espasa libros. Fecha de publicación:2019.512 pág.

La autora: Inés Plana, nació en Barbastro (Huesca). Es Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona y desde el principio desarrollo su carrera profesional en Madrid. Ha trabajado en diversos medios de prensa escrita, y en el terreno editorial, ha creado y coordinado distintas colecciones de títulos relacionados con la divulgación de la historia y el arte. En 2019 ha publicado Antes mueren los que aman y en 2021 Lo que no cuentan los muertos.

Argumento: En las Navidades de 2009, con un país aplastado por la crisis, una funcionaria de la Seguridad Social muere al ser empujada violentamente contra una cristalera. Quien lo hace es una joven que huye del lugar sin dejar rastro. Este es el caso que investiga Julian Tresser, teniente de la Policía Judicial de la Guardia Civil, cuando surge la primera pista fiable sobre el paradero de Luba, una chiquilla de doce años que desapareció misteriosamente dos años atrás.

Desde entonces, Tresser ha buscado desesperadamente a esa niña que no es su hija pero que debería serlo. No imaginaba que la pequeña ha escapado del sórdido mundo de la prostitución en la que habían confinado. El azar la lleva a esconderse en una casa en un pueblo perdido donde dos mujeres parecen ocultar un secreto inconfesable que podría arruinarles la vida. Luba debería pedirles ayuda, puesto que llega herida hasta allí, pero los apuros que ha sufrido le impiden confiar en nadie. Esas circunstancias, caprichosas y crueles, no se lo van a poner fácil al teniente, pues a la vez que busca a la niña, deberá elegir entre la responsabilidad que conlleva su oficio y la fuerza de los vínculos de sangre.

Tras el éxito de Morir no es lo que más duele, Inés Plana sumerge al lector en una trama vertiginosa por la que transitan personajes atormentados y complejos y en donde el teniente Tresser se someterá a un dilema moral que pondrá a prueba sus convicciones.

Análisis de la novela y opinión personal: 23 de Diciembre de 2009, la crisis golpea con fuerza  España y las colas de los desempleados colapsan las oficinas de la Seguridad Social de ciudadanos hartos de que nadie responda satisfactoriamente a sus demandas. Al mismo tiempo los funcionarios del organismo aprovechan la hora del desayuno para recoger firmas a la puerta de la delegación de Uvés de San Juan contra los recortes salariales a los trabajadores públicos; entre ellos se encuentra Pepa Orvás de 44 años, una sindicalista casada y con hijos que se acerca a una de las mujeres que salen del edificio pidiéndole su colaboración. La mujer, enfadada, le escupe y la empuja con violencia, con tan mala suerte que Pepa se estrella contra una cristalera que se rompe y uno de los cristales le secciona el cuello y la mata instantáneamente. La mujer huye dejando abandonados en un contenedor cercano el anorak violeta y el sombrero con los que se ocultaba, va a ser muy difícil identificarla.

La muerte de la funcionaria desata una ola de protestas en todo el país y la Guardia Civil está muy presionada para descubrir y detener a la culpable, así que el comisario Díaz-Visado encarga a Julian Tresser la investigación con la orden de resolverlo cuanto antes. Julián no se encuentra en su mejor momento, su ayudante, el cabo Coira está pasando las Navidades en Galicia con su familia y tendrá que trabajar con la Guardia Lucía Bracho, a la que casi no conoce y además acaba de desmantelarse una red de prostitución y entre las mujeres obligadas a prostituirse estaba Luba, la niña a la que Tresser lleva dos años buscando, y que ha vuelto a desaparecer, lo que más desea Julián es dedicarse a buscarla, por lo que la investigación que le encarga su jefe es más un quebradero de cabeza que otra cosa y lo cierto es que no está dando el cien por cien.

Dividida en 25 capítulos y narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, Antes mueren los que no aman nos cuenta una historia que se desarrolla a lo largo de diez días, del 23 de Diciembre de 2009 al 1 de Enero de 2010 y a través de dos tramas que no están relacionadas más que por Julián; por un lado la de la muerte de la funcionaria, en la que de una u otra forma intervendrá Coira desde Galicia, y por otro La huida de Luba, que tras escapar de los captores que la obligaron a prostituirse, conocerá un sinnúmero de peripecias hasta llegar a una casa de la montaña palentina donde dos mujeres, Elsa Davin, actriz y Muriel, modista, lo que va a dar lugar a otra subtrama en el que se narra el problema que tienen ambas, no aporta mucho a la historia de Luba, pero la autora la aprovecha para hablarnos de temas como la transexualidad o la esclavitud de la fama.

El estilo, lo mismo que en la novela anterior es pausado, con profusión de detalles que, a veces enlentecen la acción y no siempre proporcionan datos necesarios, lo que no impide que Antes mueren los que no aman se lea con interés, porque la escritora sabe como tocarte el corazón sobre todo con la historia de Luba y de Teresa, subinspectora de la Policía Nacional cuya hija María, tiene síndrome de Rett.

En cuanto a los personajes, volveremos a encontrarnos con muchos viejos conocidos: Julian Tresser, Teniente de la Guardia Civil, con él que no conseguí conectar en la novela anterior, pero que en esta entrega me ha caido mejor, no he podido evitar empatizar con su inquietud y su preocupación por Luba, una niña que ha descubierto que es pariente suya y a la que quiere encontrar para adoptarla y asegurarle un futuro mejor. Coira, cabo de la Guardia Civil que en esta ocasión pasa sus vacaciones en Galicia, en Cieña, donde vive su familia, la situación para él es complicada porque su condición de policía no es bien mirado por ciertos parientes que se dedican a la pesca ilegal o al narcotráfico, y que lo consideran un traidor. Diaz-Visado, el jefe de Tresser, que se ha vuelto huraño e intratable desde la muerte de su esposa atropellada por un camión aparcado sin frenos, y que se lo pone todo menos fácil a sus subordinados. Adelaida Malbrán, psiquiatra, por la que Julián se siente algo más que atraído, pero que es una mujer complicada, con sus propios problemas personales y que, aunque apoya a Tresser en la búsqueda de Luba, no quiere involucrarse de más en la historia. El Águila, el hombre que capturo a Luba y la introdujo en el mundo de la prostitución, sabe que la niña ha huido y tiene que encontrarla y matarla para que no le delate y termine con su vida de lujo. Y desde luego, Luba, una cría que lo tuvo desde siempre todo en contra, pero que es una superviviente y a la que no puedes evitar querer desde el minuto uno.

Me ha gustado mucho Antes mueren los que no aman, una novela que me ha parecido más compleja que Morir no es lo que más duele y mucho mejor resuelta, llena de critica social y con unos personajes cada vez más desarrollados e interesantes, aunque me hayan sobrado en algunos momentos la profusión de detalles.

Para terminar: Estoy deseando leer Lo que no cuentan los muertos para ver como resuelve la autora algunos flecos que han quedado sueltos...

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