jueves, 3 de agosto de 2023

Papá, piernas largas de Jean Webster.

Cuando vi por primera vez Papá, piernas largas, la película protagonizada por Fred Astaire y Leslie Caron, no sabía que estaba basada en una novela, no me enteré hasta mucho después y desde entonces he querido leerla, hoy por fin cumplido ese deseo la traigo al blog dentro del reto Todos los clásicos grandes y pequeños en su IV Edición, organizado por las Inquilinas de Netherfield, en la versión libre apartado "clásico epistolar".

          Editorial: Toro Mítico. Fecha de publicación: 1913/2020. 216 pág.
La autora: Alice Jane Chandler Webster nació en Fredonia, Nueva York el 24 de Julio de 1876. Al igual que su bisabuela y su abuela antes que ella, fue una gran activista por la igualdad racial y el sufragio femenino. Emparentada además con Mark Twain ( su madre era su sobrina y su padre fue editor de alguna de sus obras) no fue raro que estuviese interesada también en la escritura. Autora de varios libros entre los que se encuentra Papá, piernas largas ( 1912) y Mi querido enemigo ( 1915), en sus obras plasmó sus vivencias y sus propias inquietudes intelectuales y sociales. Tuvo que enfrentarse a varias tragedias, como la muerte de su padre cuando era adolescente, pero también conoció el éxito en algunas de sus obras así como en el amor. Falleció muy joven, a la edad de 39 años por complicaciones en el parto tras dar a luz a su única hija, Jean.
Argumento: Jerusha " Judy" Abbott es una huérfana de 17 años cuyo futuro parece ya marcado. Después de años de soledad y duro trabajo en el orfanato y con pocas posibilidades de prosperar, su vida da un vuelco inesperado pues el destino tiene reservadas todavía grandes sorpresas para ella. Todo cambia cuando es llamada al despacho de la directora e informada de que un miembro del consejo de administración del hogar para huérfanos, que prefiere permanecer en el anonimato, ha decidido convertirse en su benefactor y enviarla a la universidad para que se convierta en escritora.
Para obtener esta ayuda, el único requisito que el misterioso filántropo le exige a Judy, y que ella cumplirá encantada, es el de escribirle una carta al mes informándole de los progresos en sus estudios y los detalles de su vida cotidiana en la universidad.
En esta deliciosa novela epistolar, Jean Webster nos permite asistir, como espectadores de lujo, a la evolución personal de la joven protagonista, así como a su crecimiento intelectual y social. A lo largo de la obra se destilan los propios valores que la autora que siempre defendió y que la llevaron a construir un personaje fuerte e independiente que, sin renunciar al amor cuando se presenta, es capaz de hacerse valor por si misma.
Análisis de la novela y opinión personal: Jerusha Abbott ha pasado toda su vida en el hogar John Grier para huérfanos y ahora, con casi dieciocho años debe abandonarlo ( ya ha permanecido en él más tiempo del establecido y ha pagado su estancia ocupándose de niños más pequeños y de la limpieza mientras asiste a clases en el pueblo), pero no para trabajar en cualquier cosa sino para estudiar en la universidad.
A Jerusha le gusta escribir y su relato Miercoles Negro ( dedicado a las visitas de los síndicos cada último miércoles de mes, día terrible donde los haya para los huérfanos) ha llegado a manos de uno de los miembros del consejo de administración del orfanato y este, apreciando en el texto talento y humor, no quiere que estas dos cualidades se desperdicien y se ha ofrecido a costear su educación para que en un futuro pueda llegar a ser escritora, eso si, le exige una condición: Que Jerusha le escriba una carta al mes informándole de todos sus progresos tanto académicos como personales, sin embargo la joven debe tener en cuenta que él nunca le contestará porque detesta escribir y no quiere que eso llegue a convertirse en un compromiso fastidioso y que las cartas las dirija a John Smith ( que no es su nombre), ya que el benefactor desea mantener su anonimato.
Agradecida, Jerusha, rebautizada Judy en la universidad, porque Jerusha es un nombre que odia, se pone con entusiasmo a la tarea de escribir cartas, y no una al mes, sino todas las que su corazón le dicte porque tiene mucho que contar y compartir con su bondadoso protector, tampoco las dirigirá a John Smith (bueno, algunas si), si no a Papa, piernas largas, porque lo único que ha logrado entrever del síndico ha sido la silueta de un hombre alto cuya sombra proyecta una piernas y brazos largos que se extendían por la pared y la imagen le ha recordado a las pequeñas arañas que abundan en el orfanato y a los que los niños llamaban así y que, dicho sea de paso, a ella le encantan.
Papá, piernas largas, está dividida en dos partes: La primera, a modo de introducción, nos cuenta como y porque la protagonista, Jerusha Abbott cambia de status, de huérfana en el hogar de John Grier a estudiante universitaria; la segunda, que a su vez se subdivide en otras cuatro partes, una por cada año que la joven pasa en la universidad y que consta de 78 cartas, nos relata la evolución personal de Jerusha, Judy, así como su despertar a la vida tanto a nivel emocional como intelectual, sus preocupaciones por su ignorancia en ciertos temas que muchachas más pequeñas que ella dominan desde siempre (¿ Que es lo que le enseñaban en las clases del pueblo?), y sus inquietudes por cuestiones sociales: La educación de la mujer como un paso imprescindible para lograr su plena independencia y su realización como ser humano, las diferencias entre las clases adineradas representadas por Julia Pendleton, compañera de Judy o su tío Jervis y los pobres, como la propia Jerusha o los niños del hogar de John Grier, unos con la vida asegurada, los otros enfrentándose a un futuro incierto sin estar en muchos casos preparados, y problemas ya más personales como la importancia de la familia o la carencia de ella, o el amor...
Me ha llamado mucho la atención que las lecturas de la futura escritora sean en su mayoría de autores británicos: Stevenson, las hermanas Brontë, Jane Austen, Shakespeare, Shelley, sin más mención a autores norteamericanos que Henry James (y este medio inglés, ya que obtuvo la nacionalidad en 1915),  pienso que es debido a los gustos de la autora que consideraba a estos más interesantes que a sus propios compatriotas.
Las cartas son deliciosas, amenas y divertidas, llenas de honestidad, imaginación, humor y alegría de vivir, así como de una cierta rebeldía ante situaciones que Judy no entiende o comparte. Jerusha es una joven tierna a la que es imposible no comprender y querer y es que, aunque  a lo largo de la historia aparecen muchos personajes: La señora Lippett, la administradora del orfanato, el misterioso John Smith, sus amigas, Sally Mac Bride y Julia Pendlenton, esta en algunos momentos su archienemiga, el niño Jervie, o el señor y la señora Semple, encargados de la granja Los Sauces donde Judy pasa los veranos,, es Judy el alma de la novela.
Papá, piernas largas ha sido adaptada al cine en múltiples ocasiones: en 1919, dirigida por Marshall Neilan y protagonizada por Mary Pickford y Percy Hawell, en 1931, por Alfred Santell con Janet Gaynor y Walter Baxter, en 1935, por Irving Cummings con Shirley Temple y John Boles, o en 2005, por Kong Jacong´silk con Geum Bo-ra y Ha Ji-won, sin duda la más conocida es la de 1955, de Jean Negulesco y protagonizada por Fred Astaire y Leslie Caron, la única que he visto, con estupendos decorados, un lujoso vestuario y magníficas actuaciones musicales, pero que se aleja bastante del argumento de la novela centrando el protagonismo en el personaje de Fred Astaire y convirtiendo a Judy en una mera secundaria.
He disfrutado muchísimo con Papá, piernas largas, una historia enmarcada dentro del género juvenil (tal vez erróneamente) que, aunque estoy segura que me hubiera encantado con menos años, tal vez no hubiera llegado a apreciar del todo.
Para mi la identidad de John Smith se ha mantenido en secreto hasta el final y la verdad es que me ha sorprendido ( igual no andaba yo muy avispada),; en cuanto a Judy, que puedo decir. me ha robado el corazón.
Para terminar: Imposible finalizar la reseña sin mencionar la estupenda edición de Toro Mítico y las simpáticas ilustraciones de la autora, Jean Webster ( aquí un ejemplo)


Así como las más elaboradas de Sara Lago

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10 comentarios:

  1. Hola Mar, yo la leí hace dos años, también para el reto de MH, y me gustó muchísimo... es una novela deliciosa.
    Un besazo

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  2. ¡Hola! Me alegra ver que lo has disfrutado tanto. Yo no me he animado nunca con la película ni con el libro. Un besote :)

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  3. La verdad es que el título no me atrae nada. Yo conocía desde siempre la película y como Fred Astaire nunca me ha gustado, pues un motivo más para rechazarla, pero tu reseña me hace ver que igual merece la pena porque la novela epistolar me gusta mucho y la sinopsis resulta atractiva.
    Un beso.

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  4. Gracias por la reseña. Es un libro que me gusto mucho en su época. Te mando un beso.

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  5. Ohhhh, qué recuerdos me trae este libro. Gracias.

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  6. Hola!! espero estés teniendo un bonito día. No conocía del libro pero es bueno ver que te ha gustado tanto y con tu opinión puedo decir que me lo apunto sin duda.

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  7. Lo tengo en anotados, además en esta edición de la que señalas su calidad. Sé que lo disfrutaré... Es habitual eso de este tipo de obras catalogadas en género infantil, que luego al leerlas te llevas sorpresitas jeje Supongo que dependiendo de los aspectos que contienen en los que nos centremos, se podrán disfrutar a diferentes edades; pero sí que veo muchas obras incluidas en esa categoría que me cuesta entender como van a ser más disfrutables para edades tempranas por todo lo que contienen, o los significados que guardan, que puede entorpecer la compresión o el disfrute de lectores jovencitos. En fin, una obra que me atrae muchísimo. Me gustó leerte.
    Un saludito.

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  8. Me encantó esta novela, Mar. Pese a que es una novela epistolar, sus cartas son muy atractivas, sobre todo por cómo va explicando a su benefactor su día a día en el orfanato, y lo que significa para ella enfrentarse al mundo que se va a encontrar fuera de las paredes del orfanato. Besos.

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