Leí Helena o el mar del verano en 2003 cuando me la recomendó mi librero, Rafa, que en ese momento era mi profesor de literatura en los cursos de la Universidad Popular, pese a su entusiasmo en ese momento no me gustó tanto como a él, así que este año, cuando me tropecé con el libro ordenando mis estanterías, he decidido darle otra oportunidad. Hoy lo traigo al blog dentro de la V Edición del reto de las Inquilinas de Netherfield todos los clásicos grandes y pequeños, versión libre: "Nombre del personaje en el título".
Editorial: Acantilado. Fecha de publicación:1952/2003. 88 pág.
El autor: Julián Ayesta Prendes nació en Gijón en 1919. Se licenció en Derecho y Filosofía y Letras y fue diplomático de carrera. Autor de varias obras teatrales, Helena o el mar del verano es su único libro de narrativa.
Argumento: Cuando apareció en 1952, Helena o el mar del verano fue considerada por un pequeño grupo de entusiastas lectores una de las obras más extraordinarias de la narración española de la postguerra. A través de los años permanece intacto el poder de sugestión y el lirismo de la escritura de Ayesta.
Dividida en tres partes y siete capítulos, todos titulados, nos encontraremos en la Primera parte con la descripción de un verano de la infancia; la reunión de la familia en una casa de vacaciones, los baños en el mar, la tortilla y la carne empanada en la playa, la sidra, los juegos entre primos y el descubrimiento de Helena, que deja de ser una más para irse significando en el universo del narrador.
En la Segunda parte, la escena se traslada al invierno, el niño que ya no es tal, estudia en un colegio de los jesuitas y tras cometer un ·pecado· es obligado a retirarse a su habitación para meditar y arrepentirse, y así a través de un monologo interior el joven reflexiona sobre el pecado, el cielo y el infierno y la religión, no solo como doctrina si no también desde el punto de vista social, porque abandonarla no solo supone dar la espalda a Dios también a la familia y al circulo social.
Además en ese invierno se da el paso definitivo a la adultez cuando um tío del muchacho en una reunión predominantemente masculina, le invite a tomar una copa de coñac " ya eres un hombre·.
En la Tercera parte, otra ve< el verano y Helena, el amor y Helena, el mar y Helena, Helena invade cada uno de los rincones de la mente del protagonista porque a parte de ella parece no haber nada.
Con un estilo lírico, poético, descriptivo y emotivo, lleno de sensaciones: La sal del mar, el calor del sol, el azul del cielo, la luminosidad del aire ,el olor de la hierba, el golpeteo de la sidra en el vaso al ser escanciada, el frescor del agua... el autor apela a nuestros recuerdos, emociones y sentidos...
Aunque no tenemos datos para situarlo en una época concreta, si se nos dan a lo largo del texto varias pistas que nos permiten intuir que serán los años treinta, antes del estallido de la Guerra Civil. El personaje del señor Robustiano, espiritista y republicano, libre para expresar y mantener sus ideas, pese a que esta condenado a ir al infierno por sus creencias, las opiniones de la tía Honorina" lo que hace falta son buenos católicos y buenos españoles""Ojalá toda la gente fuera como él porque no estarían pasando las cosas que pasan ahora y solo hombres así son los que salvaran España", son alguno de esos ejemplos.
Respecto a los personajes ninguno de los secundarios están descritos con precisión, son más el telón de fondo de lo que se quiere contar: El padre y la madre, la tita Josefina ( que tiene muy buena voz) y su marido, la tía Honorina (que es tonta) y su marido Arturo, los primos, Alberto, José, Pili y la Nena, compañeros de juegos. Don José, el cura de la zona ( una posible mitra) o El padre Espiritual (la cabeza del colegio de jesuitas), que tiene el poder de personar y poner al pecador a bien con Dios. Olvido, la criada, Manuel , El jardinero y Belarmino, el chófer del abuelo, representantes de la clase trabajadora, y el Señor Robustiano, liberar y librepensador, Pero sobre todos el narrador, protagonista de la historia y Helena, rubia y de ojos transparentes, encarnación del verano, el mar y el amor...
Cuando Helena o el mar del verano se publicó recibió muchas criticas (aunque también algunos elogios), el estilo de Julián Ayesta, tan vivido y poético casaba mal con el realismo literario imperante, incluso fue calificado de "ñoño" y "artificioso", veinte años más tarde sin embargo, sería elogiado por esos mismos recursos expresivos y su riqueza descriptiva y sensorial.
En cuanto a mi, si bien en la primera lectura de esta historia no me dijo nada, en la relectura me ha encantado ( era mi momento para encontrarme con el libro), no solo por la poesía y sensibilidad con la que está escrita sino por los recuerdos que ha traído a mi memoria... Yo también pasaba los veranos en la casa del pueblo con mis padres, me bañaba en el mar Cantábrico frío y refrescante y disfrutaba con la tortilla y los filetes empanados ( rebozados en arena) en las comidas en la playa, jugaba con mis primos por los praos que olían a hierba seca y correteaba por los caminos comiendo moras y aunque varias décadas nos separan al autor y a mi, los sentimientos y sensaciones y el asombro ante la belleza sigue siendo la misma... merece la pena que comprobéis si a vosotros también os pasa...
Para terminar: El título Helena o el mar del verano me parece preciosos y evocador y resume muy bien todo lo que Helena, el verano y el mar significan para el protagonista...
Participa
Gracias por la reseña. Tomó nota. Te mando un beso.
ResponderEliminarTe agradezco muchísimo que me hayas dado a conocer esta novela. Aunque durante un tiempo casi solo leía novelas de esa época y clásicos del XIX no conocía a este autor. El título me quiere sonar, pero muy levemente. Tomo nota porque a mí también me lleva a otra época, no de playas del Cantábrico, pero sí de un tipo de lectura.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Mar, qué suerte haber tenido una infancia en la que puedes ir a la casa de la playa y hacer todo eso que comentas...
ResponderEliminarEn cuanto a la novela, no estoy seguro de si me picas o no, lo del mar y el lenguaje y todo eso me atrae. Pero no me gusta la parte reflexiva sobre la religión y demás... en fin... ya veremos.
Un besazo
Hola, mis padres son de una aldea asturiana cerca de Tapia de Casariego y pasé todos los veranos de mi infancia en casa de mis tíos, corríamos por el campo, ayudamos a recoger las patatas y la hierba seca pero lo que más nos gustaba era ir a comer a la playa, nos llevaban en el tractor y una de mis tías nos mandaba tortillas, filetes empanados e incluso caldo, en unas tarteras enormes de cerámica roja, éramos un montón de primos, y disfrutábamos mucho, todo el tiempo al aire libre; la verdad es que tengo muy buenos recuerdos de aquellos veranos. Un abrazo.
Eliminar¡Hola! Si es que a veces leemos un libro en el momento equivocado y está genial darle una nueva oportunidad en el futuro porque nuestra percepción puede ser totalmente diferente. Es algo que yo no suelo hacer, pero debería. Un besote :)
ResponderEliminarMe parece un libro muy apropiado para leer en verano, así que anotado.
ResponderEliminarUn beso grande.