Hace más de dos años que no leía a Barbara Pym y ya la echaba de menos, así que hoy vuelvo a traerla al blog con Jane y Prudence, uno de los regalos de los Reyes Mayos ( que me conocen muy bien) y dentro de la IV Edición del reto todos los clásicos grandes y pequeños de las Inquilinas de Netherfield, versión estándar, nivel 3 "clásico protagonizado por una mujer".
Editorial: Gatopardo. Fecha de publicación: 1953/2022. 304 pág.
La autora: Bárbara Pym nació en 1913 en Oswestry, Shropshire. Se licenció en Literatura Inglesa en el St. Hilda's College, Oxford. En la Segunda Guerra Mundial prestó servició en el Cuerpo Auxiliar de la Armada Británica. Posteriormente Trabajó en el Instituto Africano en Londres.
Es considerada junto a Elizabeth Taylor una de las importantes e influyentes escritoras inglesas de la Segunda mitad del Siglo XIX.
Entre sus novelas podemos destacar: Mujeres excelentes 1952, Jane y Prudence 1953, Los hombres de Wilmet 1958, Amor no correspondido 1961, Murió la dulce paloma 1978
Murió en Oxford en 1980.
Es considerada junto a Elizabeth Taylor una de las importantes e influyentes escritoras inglesas de la Segunda mitad del Siglo XIX.
Entre sus novelas podemos destacar: Mujeres excelentes 1952, Jane y Prudence 1953, Los hombres de Wilmet 1958, Amor no correspondido 1961, Murió la dulce paloma 1978
Murió en Oxford en 1980.
Argumento: Jane Cleveland y Prudence Bates forman, por edad y temperamento, una extraña pareja de amigas. Jane tiene cuarenta un años, está casada con un clérigo y lleva una vida lácida pero anodina. Desempeña sin gracia y sin entusiasmo el papel de ama de casa; atrás quedan sus años de docencia en Oxford. Su aspecto torpe y descuidado contrasta con el de Prudence, una mujer independiente, atractiva y elegante con un largo historial amoroso que, a sus veintinueve años, ha alcanzado la edad " critica para una mujer que aún no se ha casado". Corren los años cincuenta del siglo pasado y, según la mentalidad de la época, está a punto de pasar de soltera con pretendientes y solterona sin remedio.
Con la mejor voluntad, Jane decide resolver el problema y buscar el hombre apropiado para su amiga. Utilizando como escusa una partida de whist, Jane invita a Prudence a su parroquia rural con la secreta esperanza de que entable un idilio con Fabian Driver, un viudo apuesto y solitario. Sin embargo Jane descubrirá que el papel de casamentera puede llegar a ser tanto o más complicado que el ama de casa. En esta deliciosa comedia de costumbres, Barbara Pym retrata la amistad de dos mujeres cuyos destinos se ven constreñidos por los convencionalismos de la clase media británica.
Análisis de la novela y opinión personal: Jane y Prudence se conocieron en Oxford donde Jane, que había acompañado a su esposo Nicolás, clérigo destinado en una parroquia de las afueras, daba clases de filología inglesa como ayudante de la señorita Birkinshaw, su antigua profesora, y Prudence era alumna; desde entonces son amigas pese a la diferencia de edad que las separa, Jane tiene cuarenta y uno y Prudence veintinueve y de estado civil, Jane casada y Prudence soltera, con un montón de romances a sus espaldas, pero sin perspectivas de contraer matrimonio.
Es por eso que Jane, mayor y en teoría más sensata, decide buscarle marido a su amiga y cree haber encontrado el candidato perfecto en el pequeño pueblo cercano a Londres donde acaba de instalarse; se trata de Fabian, un maduro y atractivo viudo, al parecer inconsolable y Prudence, tal vez deseosa de olvidar su amor no correspondido por su jefe Adrian Grampiam, catedrático casado, parece dejarse seducir por la idea ¿Que mal puede haber en ello?.
Dividida en 23 capítulos y narrada en tercera persona por un narrador que va adoptando los puntos de vista de varios personajes, principalmente las dos protagonistas, Jane y Prudence nos traslada a los años 50 del siglo XX para hablarnos ante todo de la amistad entre dos mujeres, un tema que la autora ya ha tratado en otras novelas y que maneja muy bien; aquí nos encontraremos con dos mujeres que no pueden ser más distintas:
Jane Cleveland está casa con Nicolás y no es la típica esposa de clérigo, no solo no tiene más que una hija, Flora, en lugar de una familia numerosa como parece preceptivo en todo pastor que se precie ( así al menos lo establecen las novelas victorianas que Jane devora), sino que es demasiado espontanea y con más imaginación de lo que debería, Además se viste con desaliño, no sabe cocinar ni hacer arreglos florales para la iglesia y suelta siempre lo primero que se le pasa por la cabeza y citas literarias vengan o no a cuento. En realidad no es tan torpe como ella quiere hacer creer sino muy inteligente para librarse de lo que no le interesa, así con la excusa de quitarse de en medio para no molestar pude hacer lo que le apetece, viajar a Londres para pasear, ir al cine o comer con Prudence o reunirse con antiguas compañeras de la facultad. Ahora apiadandose de Prudence que es su amiga y de su evidente incapacidad para dar con el hombre que le convenga, decide buscarle marido (en esto me ha recordado a Emma Woodhouse de Austen, aunque afortunadamente Jane se limita a su amiga en eso de hacer de casamentera).
Por el otro lado tenemos a Prudence Bates, soltera aún joven, pero que se acerca peligrosamente a los treinta y trabaja de ayudante del catedrático Grampian, lo que le permite vivir independiente en pisito que se adapta a sus gustos y le ofrece todas las comodidades; sin embargo en el amor no es tan afortunada, ha tenido múltiples romances pero ninguna ha llegado a buen puerto, ahora está enamorada de su jefe, maduro, casado y con hijos, que a veces parece reparar en ella y a veces no, por un lado envidia a Jane su matrimonio porque ella también está deseando casarse ( no olvidemos que estamos en los años cincuenta del siglo pasado), por otro piensa que un marido limitaría su libertad e independencia y no ve a ningún hombre instalado en su casa porque es muy celosa de su intimidad. Aún así acepta cuando Jane la invita a pasar el fin de semana con ellos en su pueblo y conocer a Fabian, total no tiene nada que perder.
Juntoa ellas encontraremos un montón de mujeres, algunas casadas o viudas como la señora Pritchard, antecesora de Jane en la parroquia y cuyo marido ha sido promovido a la dignidad de canónigo, una esposa de clérigo como debe ser, que domina todas las artes y dirige a los que la rodean con mano de hierro, La señora Glaze, la mujer para todo de Jane, que prácticamente le lleva la casa, La señora Akright, la cocinera de Fabian, las señoras Mayhew y Crampton, encargadas de las actividades de la iglesia, o la señora Lyall, madre del parlamentario local.
Otras muchas solteras, como las señoritas Clothier y Trapnell, compañeras de trabajo de Prudence, la señorita Doggett y su dama de compañía Jessie Morrow, que aún no ha perdido la esperanza de casarse y ya le tiene echado el ojo a un posible futuro marido.
Y por último las jóvenes, Flora, la hija adolescente de Jane, que empieza a estudiar en Oxford y suele encargarse de las labores domesticas de la rectoría cuando la señora Glaze no está disponible, o Marilyn y Gloria, de dieciseis años y mecanógrafas que trabajan en la misma organización de Prudence.
También hay hombres, algunos entorno a los cuales giran la vida de las mujeres, como Nicolas, el marido de Jane, un pastor preocupado por sus feligreses y muy serio en cuanto a sus responsabilidades que a veces se siente superado por las veleidades de su esposa, pero que también tiene sus excentricidades como jugar al golf en lunes o plantar las hojas de tabaco que seca en su propia cocina.
Fabian Driver, cuarentón, apuesto y viudo inconsolable de su esposa Constance, bastante pagado de si mismo, que incluso ha llegado a colgar su propio retrato en la tumba de su esposa en vez de lápida como si con la muerte de ella el que más sufriera fuera él.. Las malas lenguas comentan que durante su matrimonio ha tenido algo más que un escarceo con otras mujeres y ahora que está libre se deja querer por varias solteras.
Adrian Grampian, catedrático, bastante despistado y agobiado por las exigencias de su esposa Lucy, a veces parece intuir los sentimientos de Prudence, pero no para darle mayor importancia salvo que la necesite.
Geoffrey Manifold, compañero de trabajo de Prudence, serio, reservado, tiene sin embargo un punto juguetón que lo hace atractivo, es además muy devoto de su tía que lo crió.
Paul, estudiante de Geografía en Oxford y novio de Flora o los señores Mortlake y Oliver, s miembros del consejo parroquial, en constante liza sobre quien debe tener la preeminencia.
Con un estilo cuidado, inteligente e irónico, no exento de crítica social, Barbara Pym nos traslada a los años cincuenta del siglo pasado para contarnos como es la vida de las mujeres de clase media (y de alguno de sus hombres), una vida gris, sin atractivo aparente pero con la belleza propia de la vida, en la que muchas mujeres se han quedado viudas o solteras por la guerra no tan lejana, en la que han muerto muchos hombres y las mujeres deben seguir adelante como puedan ( aunque algunas tienen carreras universitarias) con trabajos que les permitan subsistir o dedicarse a prestar ayuda en la Iglesia.
Las seguimos en sus actividades cotidianas, salidas a comer, tés ( que no falten, no en vano son ingleses) y reuniones sociales, todo ello contado de una forma tan visual que te parece estar presente.
He disfrutado mucho con la lectura de Jane y Prudence porque Barbara Pym tiene una forma tan envolvente de narrar que desde la primera página te sientes involucrada en la historia y es que hasta las existencias más grises se vuelven interesantes y llenas de vida bajo su pluma.
Siempre que abro alguna novela de la autora, intento que me dure lo más posible y nunca paso de las dos tardes porque una vez que la empiezo no puedo parar de leer.
Si tuviera que elegir un personaje me quedaría con Jane, una mujer en apariencia dotada de pocas habilidades, bastante torpe en opinión de todos, pero lo suficientemente lista para librarse de las tareas que no le gustan para dedicarse en lo que en realidad quiere hacer, una forma de actuar tal vez un poco egoísta pero desde luego satisfactoria para sus intereses.
Para terminar: " Ay, , era extraordinario ver todas las cosas que hacían sin cesar las mujeres por los hombres- pensó Jane- Como por ejemplo hacerles sentir, a veces mediante una mirada fortuita, que eran amados, admirados y deseados cuando no parecían ninguna de las tres cosas o permitirles pavonearse y ahueca el plumaje como las aves y calentarse al sol del amor, real o imaginario, daba igual".
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De la autora sólo he leído Amor no correspondido, que me gustó mucho, así que tomo buena nota de éste, que por lo que cuentas, me va a gustar mucho también.
ResponderEliminarBesotes!!
No he leído nada de la autora, aunque la conozco de nombre. Puede ser interesante esa vida en los pueblos ingleses en los años cincuenta del siglo XX. Por lo que leo en tu reseña, parece que las cosas han cambiado poco desde Jane Austen a la que me ha recordado mucho. Tomo nota.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Mar, me encanta Barbara Pym he leído Amor no correspondido, que creo fue la que más me gustó, Mujeres excelentes y Un poco menos que ángeles. Esta se la regalé a mi suegra así que caerá... También tengo en el kindle esperando Extranjeros bievenidos... así que ya ves... ganas de volver con la autora.
ResponderEliminarUn besazo
Gracias por la reseña. Tomó nota del libro y la autora. Te mando un beso.
ResponderEliminarBuenas tardes, Mar.
ResponderEliminarBarbara Pym es otra autora que tenemos en común. Creo que sólo me falta por leer la última novela que publicó Gatopardo, cuyo título no recuerdo. Sin embargo, en el blog sólo tengo reseñado Extranjeros, bienvenidos. Tendré que solucionarlo. Me ha encantado leerte, porque me has transportado a grandes momentos junto a la autora.
Un abrazo, y enhorabuena por la reseña!!
Me da un poquito de rabia no haber leído aún nada de Barbara Pym... Pienso que yo también la disfrutaría bastante. Me llevo anotado este del que nos hablas, tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn abrazo, Mar.
Es curioso lo de este personaje, el que desea casarse, es un quiero y a la vez no quiero... Aunque se ve una novela amena y entretenida, no es de mi estilo. Me alegro que te haya hecho pasar tan buenos ratos, hay autores que siempre nos hacen sentir como en casa. ^^
ResponderEliminarUn beso ;)
Jane parece un personaje estupendo!
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarLo tengo ahí en pendientes, yo tengo muchas ganas de leer este libro!
Gracias por la reseña y espero pases un bonito finde!
Un saludo,
Pues de esta autora no he leído nada, y tampoco me sonaba mucho. Con la buena crítica que le haces casi es imposible no tenerla en cuenta, gracias por la reseña
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