viernes, 24 de febrero de 2023

Morriña de Emilia Pardo Bazán.

Vuelvo a traer a Doña Emilia al blog con otra novela, en este caso Morriña, para el reto de las Inquilinas de Netherfield IV Edición del reto todos los clásicos grandes y pequeños "clásico cuyo autor viviese en dos siglos diferentes".

            Editorial: Cátedra. Fecha de publicación: 1889/2007. 174 pág.
La autora: Emilia Pardo Bazán y de la Rua-Figueroa nació en La Coruña el 16 de Septiembre de 1851. Hija de una familia gallega noble y pudiente, su padre convencido de los derechos de la mujer, le proporcionó la mejor educación posible fomentando su amor por la literatura.
A los nueve años ya empezaba a mostrar un gran interés por la escritura. Se negó a seguir las modas que limitaban a las mujeres al aprendizaje de la música y la economía doméstica. Recibió una formación sobretodo tipo de materias con especial atención a las humanidades y a los idiomas  llegando a manejar con soltura el francés, el inglés, y el alemán. No pudo asistir a la Universidad vetada a las mujeres por lo que los avances científicos y filosóficos los siguió a través de los amigos de su padre y de los libros.
A los 16 años se casó con José Quiroga y Pérez Deza, de 19 años y todavía estudiante de Derecho. La relación era bien vista por la familia de ambos. La boda se celebró en 1868 y el matrimonio se mantuvo en buena armonía, aunque terminó resintiendose por los trabajos intelectuales y literarios de ella y se separaron, sin embargo, cuando su marido murió en 1912, la escritora guardó luto riguroso durante un año.
Mantuvo posteriormente una relación de veinte años con Benito Pérez Galdós, ya que su amistad inicial derivo en una intimidad amorosa no exenta de sobresaltos.
Murió el Madrid el 12 de Mayo de 1921.
Fue  novelista, periodista, ensayista, critica literaria, poetisa, dramaturga, , traductora e introductora del naturalismo en España. Precursora en sus ideas a cerca de los derechos de las mujeres y el feminismo. Reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental y dedicó parte de su actuación pública a defenderla.
De su ingente obra podemos destacar: Las novelas, Un viaje de novios, 1881, La Tribuna, 1887, La dama joven, 1865, Los pazos de Ulloa, 1886-1887, La madre Naturaleza, 1887, Insolación, 1889, Memorias de Un solterón, 1896, La Quimera, 1905, La sirena negra, 1908, Cuentos, La dama joven y otros cuentos, 1885, Cuentos de tierra, 1888, Cuentos escogidos 1891, Cuentos de Marineda, 1892, Cuentos de Navidad y año nuevo, 1892, Cuentos de amor, 1898, Cuentos sacroprofanos, 1899, Cuentos del terruño, 1907, Cuentos trágicos, 1912. Ensayo y crítica, La cuestión palpitante, 1883, De mi tierra, 1888, La cocina española antigua, 1915, La cocina española moderna, 1913, La mujer española y otros escritos, 1916, Libros de viajes, Mi romería ( recuerdos de viajes), 1827, Al pie de la torre Eiffel, 1899, Por la España pintoresca, 1895, Cincuenta días en la Exposición, 1900. Teatro, El vestido de boda, Monólogo, 1899, Cuenta abajo, 1906, La suerte, Diálogo dramático, 1904. Biografías, San Francisco de Asís, 1882, Hernán Cortés y sus hazañas, 1914, Francisco Pizarro o Historia de la conquista de Perú, 1917.
Argumento: Cuando en 1889 Emilia Pardo Bazán publica Morriña, la autora gozaba ya de acreditada fama y popularidad tanto por sus ficciones narrativas como por su labor de crítica literaria que le había llevado a divulgar entre el público español la novela europea del momento. 
Morriña se adscribe a una estética realista que doña Emilia cultiva de forma sostenida en toda su trayectoria novelística. 
El sencillo argumento de la novela, una historia casi doméstica que bascula entre tres personajes, Doña Aurora, su hijo Rogelio y Esclavitud, la nueva doncella de la casa,no está, sin embargo exento de cierta complejidad en el proceso interior y de conducta que sufren sus personajes, provocado por las relaciones que se establecen entre ellos. Desentrañar su significado último será tarea de nuestra competencia lectora.
Análisis de la novela y opinión personal: Doña Aurora Nogueira de Pardiñas, acomodada viuda de origen gallego, vive con su único hijo Rogelio en la calle Ancha de San Bernardo, fronteriza a la Universidad Central donde estudia este. Madre e hijo están muy unidos porque solo se tienen el uno al otro.
A casa de Doña Aurora acuden a hacer tertulia casi todas las tardes antiguos compañeros y amigos de su difunto esposo, que fue magistrado, siendo estas reuniones uno de los pocos entretenimientos de la señora, que está llena de achaques.
Un día llega hasta el hogar de Doña Aurora una muchacha gallega llamada Esclavitud, que le pide servir en su casa o que le ayude a encontrar acomodo en otra, con una familia gallega; sus actuales patronas son dos hermanas andaluzas, las señoritas de Romera, conocidas de Doña Aurora, que aunque son buenas mujeres y la tratan bien, son de Málaga y tienen unas costumbres y comidas que Esclavitud no entiende y está siempre preocupada por miedo a equivocarse; además Esclavitud siente que al no estar entre su gente, ni oír hablar de su tierra nunca, se le hace insoportable,  y que esta morriña que siente se vería atenuada si trabajara con alguno de sus paisanos.
Descontenta de Pepa, su doncella, Doña Aurora decide despedirla y contratar en su lugar a Esclavitud, después de pedir informes y asegurarse que la joven es dispuesta y trabajadora. Enseguida le toma cariño por su carácter modoso y discreto. Sin embargo el trato constante entre Esclavitud y Rogelio, dos jóvenes casi de la misma edad, provoca que los muchachos se enamoren y empiecen a verse a escondidas. Pero ¿ Que opinará Doña Aurora de que su único hijo y heredero ande en amores con la criada?.
Dividida en 24 capítulos (el último funciona como Epílogo), Morriña está narrada en tercera persona por un narrador omnisciente, que a veces sin embargo lo hace en primera persona e incluso se dirige al lector.
Aunque en principio la historia comienza como una declaración de intenciones sobre la añoranza o nostalgia (morriña es un término muy difícil de traducir al castellano por la complejidad del sentimiento al que da nombre y que adquiere un valor antropológico y visceral) que siente Esclavitud por su tierra, luego abandona el tema para centrarse en las difíciles relaciones entre los personajes principales a raíz del enamoramiento de ambos jóvenes.
Morriña se publicó en  1889, el mismo año que Insolación ( cuya reseña publiqué el año pasado) y como esta lleva por subtítulo historia amorosa, son como las dos caras de una moneda por las diferentes clases sociales de los implicados y el resultado de la historia.
La acción de la novela se desarrolla a lo largo de ocho meses siguiendo un orden lineal que, sin embargo, no mantiene el mismo ritmo, hay momentos muy lentos, contados casi morosamente y otros en los que la acción adquiere viveza sobretodo cuando se va acercando al final.
Aunque hay evocación de los paisajes gallegos y algún que otro paseo por calles y plazas de Madrid por parte de los personajes, la novela es de "interior" ya que la historia de amor tiene por epicentro la casa donde viven Doña Aurora, Rogelio y Esclavitud.
En la novela nos encontraremos con elementos naturalistas, pero además con un magnífico retrato psicológico de los personajes con discurso feminista subyacente.
En cuanto al estilo es cuidado y se ajusta a la clase social de los personajes, destacando el nivel más culto del narrador, de Doña Aurora, Rogelio y los magistrados y otro más coloquial de las clases bajas (criados, cocheros). Otra característica es que la autora incorpora las peculiaridades lingüísticas de cada cual según su lugar de procedencia, gallegos como Doña Aurora, Rogelio y Esclavitud, asturiano, Nicanor Candás o andaluz, como las señoritas de Romera.
En cuanto a los personajes: tenemos a Doña Aurora, una mujer chapada a la antigua, volcada en su hijo, franca y directa, perspicaz y observadora, discreta y en ocasiones con gran capacidad de disimulo. Es buena persona y comprensiva mientras no le toquen a su Rogelio, entonces cambia completamente y es capaz de ser retorcida y aunque siente remordimientos, no se arrepiente.
Rogelio, hijo único, mimado, extrovertido, simpático y algo infantil. Se debate entre el cariño que siente por su madre y la atracción y el amor por Esclavitud, su escasa madurez le lleva a dejar que pase el tiempo, esperando que la situación se arregle por si sola con tal de no discutir ni con una ni con otros, en el fondo es un egoísta. 
Esclavitud, cuyo nombre hace referencia a la Virgen de la Esclavitud cuyo santuario en A Escravitude, cerca de Padrón (Coruña), es el personaje más difícil de conocer, humilde, trabajadora, no resulta demasiado comunicativa, marcada por su oscuro y escandaloso origen, Ante las adversidades muestra gran capacidad de sufrimiento y sacrificio y no se queja. Capaz de amar muy intensamente, no solo a su tierra, por la que siente morriña, sino también a Rogelio y ambos terminan decepcionándola.
junto a ellos: los tertulianos de Doña Aurora, Don Nicanor Candás, malicioso y presumido, listo como la pimienta y más atravesado que una espina. Don Gaspar Febrero, atildado, atento, melifluo, bien conservado a sus ochenta y dos años, Don Prudencio Rojas, recto e intachable, inteligente e íntegro.
Las señoritas de Romera, dos buenas mujeres, su sobrina Inocencia, vivaracha, ágil, inteligente.
Tendremos además breves apariciones de personajes de otras novelas, como un cameo, Rosa Pardo y Gabriel Pardo De Lage, de Los pazos de Ulloa y La Madre Naturaleza, o Asís de Taboada, Marquesa de Andrade, de Insolación.
Me ha gustado mucho Morriña, aunque reconozco que al principio me costó un poco entrar en la historia porque el ritmo en sus comienzos es un poco lento, sin embargo, cuando Rogelio y Esclavitud se enamoran, comienza a cobrar agilidad y ya no se puede dejar de leer. Es una delicia la prosa de la autora, su sentido del humor y la crítica a la sociedad de la época, no solo en los prejuicios hacia las distintas comunidades españolas y sus diferentes caracteres, sino también a las relaciones entre las diversas clases sociales.
Sin embargo si tuviera que elegir entre Insolación y Morriña, ambas historias amorosas, tan parecidas y al mismo tiempo tan diferentes, me quedaría con la luminosidad de Insolación, Morriña es más sobria y oscura.
Para terminar: La introducción es magnífica (como todas las de Cátedra), pero os aconsejo que si os decantais por esta edición para leer la novela, la dejéis para el final, porque su análisis destripa toda la historia.

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5 comentarios:

  1. Ains, Mar, es que Doña Emilia es una de las grandes plumas de nuestro país. Sus obras atraen a quienes disfrutan con la buena literatura. Lo último que leí de su narrativa fue La Tribuna, novela que me gustó mucho. Este año espero y quiero leer alguna de sus novelas o relatos, que también se disfrutan mucho. Besos.

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  2. Leí Insolación hace muchos años, pero Morriña tan solo me quiere sonar levemente. Me apetece la historia. Como Insolación, tiene un aire más urbano que Los pazos o Madre Naturaleza y se me hacen más asequibles. Creo que soy bastante urbana.
    Un beso.

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  3. Insolación la disfruté mucho pero esta novela de la autora no la conocía. Me la apunto que, por lo que cuentas, pese a ese principio, seguro que la disfruto.
    Besotes!!!

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  4. Buenas tardes, Mar.

    Como admiradora incondicional de doña Emilia agradezco muchísimo tu interesante novela. Morriña aún no la he leído, pero terminaré por hacerlo antes o después. Sí que he disfrutado de Insolación, un texto que me dejó alucinada por el atrevimiento de la autora enfrentándose a los prejuicios de la España de la época.

    Feliz semana, preciosa!!

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  5. Hola Mar, yo también leí Insolación hará un par de años y me gustó muchísimo... Esta me la apunto, que me encanta Emilia Pardo Bazán, aunque todavía no me he atrevido con Los pazos de Ulloa... Me encanta que salga Asis de Taboda...
    Un besazo

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