Elizabeth Gaskell es una de mis autoras de cabecera junto a Jane Austen, Charlotte Bronte y George Eliott así que inevitablemente tenía que formar parte del reto Todos los clásicos grandes y pequeños, la única duda era en que apartado iba a incluirlo y con que novela. Mi primera opción era Mary Barton pero como no la tengo aquí en estos momentos y me han regalado Los amores de Silvia, será con esta con la que cubriré el apartado "clásico de 400 páginas o más" del nivel 5.
Editorial: Penguin House ( clásicos). Fecha de publicación: 1863/ 2017. 608 pág.La autora:Elizabeth Gaskell nació el 29 de Septiembre de 1810 en Cheyne Walk, Chelsea, Inglaterra. Su madre, Eliza Holland provenía de una familia pudiente de Midlands y falleció cuando Elizabeth era un bebé. Su padre, William Stevenson , fue un pastor y escritor unitario.
Su infancia transcurrió en gran parte en un pueblo ubicado en Cheshire ( donde fue educada por su tía), aunque también vivió en la ciudad de Newcastle upon Tyne y en Edimburgo. Años más tarde, la joven se instalaría en Manchester, entonces una ciudad superpoblada y socialmente conflictiva, en los inicios de la revolución industrial.
No inició su carrera hasta 1845, como terapia contra la depresión que le produjo la temprana muerte de su hijo William.
Debutó con autora en 1848 con Mary Barton, cuyo contenido hace referencia a la explotación que sufrieron los obreros de las fabricas en la década de 1840. Amiga de Charles Dickens, con quién colaboró en su nueva revista, Household Words, con textos difundidos por entregas que en 1853 fue recopilado para dar origen a Cranford.
La vida de Charlotte Bronte, una de las biografías más destacadas del siglo XIX ( que le encargó personalmente Patrick Bronte, padre de la famosa autora) apareció en 1857.
Ruth 1853, Norte y Sur 1855, La bruja Lois 1861, Los amores de Sylvia 1863, La prima Philis, 1864 y Esposas e Hijas 1866 ( publicada póstumamente), son algunas otras de sus obras.
Falleció el 12 de Noviembre de 1865 en Holybourne, Hampshire, a los 55 años de edad.
Argumento: Dos hombres de carácter antagónico se enamoran de Sylvia Robson, una joven de provincias: el comerciante Philip Hepburn y el arponero Charley Kinraid. Cierto secreto forjará el destino de los tres protagonistas, cuyas vidas conocerán demasiado tarde el arrepentimiento y la redención. Los amores de Sylvia transcurre en un pueblo portuario inglés durante el período épico y miserable de las guerras napoleónicas. En ella se ofrece un retrato extraordinario de las costumbres y los comportamientos de toda la comunidad rural, donde el orden, el individualismo, el amor y la mentira son capaces de exaltar y destruir las relaciones humanas.
Análisis de la novela y opinión personal: Sylvia Robson es una encantadora muchacha que vive en Haytersbank Farm cerca de la localidad de Monkshaven, con sus padres, Daniel, un antiguo marinero reconvertido en granjero y Bell. Su vida transcurre con sencillez, ayudando a su madre en las labores del hogar, elaborando mantequilla, alimentando a las gallinas, hilando y bajando al mercado a leer sus productos. Lo que más le gusta a Sylvia es corretear por los prados y sentarse en las rocas a contemplar el mar y sentir la brisa, pero su tranquila existencia dará un giro cuando conozca a Charley Kinraid, un apuesto arponero del que se enamora. Sin embargo, y sin que Sylvia lo sepa, hay alguién que la ama tanto como ella ama a Charley, su primo Philip Hepburn, un apacible e inteligente joven que no desea más que hacerla su esposa.
Así contado la cosa parece bastante clara, pero os aviso que se avecina drama y que este triángulo amoroso tiene de todo, secretos, mentiras, odio y mucho sufrimiento, no en vano Elizabeth Gaskell decía que era la historia más triste que había escrito jamás, y aquí lo dejo.
Los amores de Sylvia está dividida en 45 capítulos y narrada en tercera persona, pero no por un narrador indiferente, sino por alguien que manifiesta sentimientos, que opina y se dirige al lector.
Aunque la novela está escrita en 1863, la historia que se nos cuenta sucede entre 1796 y 1800, unos sesenta años antes y sirve a la autora para resaltar las diferencias entre la época actual ( actual para ella) y aquella en la que tiene lugar lo que nos cuenta ·" Resulta asombroso volver la vista atrás y ver lo distinta que es la mentalidad de la gente que vivía hace cincuenta o sesenta años, sentían, comprendían sin pasar por ningún proceso analitico o razonamiento, y , si ese era el caso entre la gente cultivada, más se acentuaba en la clase a la que Sylvia pertenecía".
La acción transcurre en Monkshaven, una pequeña ciudad en la costa noroeste de Inglaterra ( población imaginaria inspirada en Withby) cuyos habitantes viven principalmente de la caza de la ballena y el contrabando, oficios duros que dejan su huella en el paisaje y en el comportamiento de sus gentes.
Las guerras Napoleónicas, las levas de la Marina inglesa para "proveer" de marineros a sus barcos y la feroz resistencia de la población, son el pan nuestro de cada día.
Como en otras novelas de Gaskell, la religión juega un papel importante, no tanto la asistencia a la iglesia o el cumplimiento de los ritos establecidos, sino la que se deriva de la lectura de la Biblia y la moral ajustada a los preceptos recogidos en esta, la que proviene del corazón y la creencia en un Dios a veces colérico y a veces bondadoso pero siempre justo y al que hay que obedecer.
Las descripciones son muy minuciosas, no solo las del modo de vida de la gente (es una novela costumbrista), sino de los paisajes: el mar embravecido, los escarpados acantilados, los prados, las flores, la brisa que acaricia los campos, el frío, la lluvia, los elementos desatados, el bullicio de la pequeña comunidad...y los personajes... los personajes están maravillosamente perfilados, tenemos a Sylvia, una joven hermosa y encantadora, tierna e infantil, a veces caprichosa y ruda, irascible e inconsciente pero bondadosa y apasionada, a Sylvia la veremos cambiar y "crecer" a lo largo de la novela y con todos sus defectos y virtudes no podemos evitar empatizar con ella, a Philip su primo, inteligente, sereno, constante y enamorado de Sylvia a la que adora como a un ídolo pagano y al que el amor pervierte, convirtiendo lo mejor que hay en él a lo peor, Philip parece tenerlo todo, pero sus sentimientos lo llevan a la perdición, a Charley Kinraid, un atractivo arponero, varonil, valiente, esforzado, mujeriego, el antagonista de Philip y al que la suerte parece sonreírle porque es a él a quien ama Sylvia...
Pero además de los protagonistas, otros personajes resultan interesantes, Daniel, el padre de Sylvia, un antiguo marinero que se automutiló para librarse en su momento de la leva y que ahora es granjero, un hombre cabezota, rudo, muy visceral, aficionado a la bebida pero bondadoso en el fondo y que adora a su hija y a quien le encanta recordar sus hazañas de juventud con una buena pipa, Bell, su mujer, totalmente opuesta en caracter, más pacifica y reposada, que se somete en todo a la voluntad de su marido porque cree que eso es lo que quiere Dios, a Kester, empleado de la granja, que conoce a Sylvia desde niña y que quiere a sus patronos como si fueran su familia, a Hester Rose, empleada como Philip en la tienda de los Foster, callada, paciente y muy religiosa y Alice, su madre.
Los amores de Sylvia me ha gustado mucho, es mi tercera relectura y cada vez la disfruto más. Sin ser mi novela favorita de la autora ( ese "honor" lo ostentan Norte y Sur y Esposas e hijas ), creo que es una historia que gana con cada nueva lectura. Eso si, he tenido que armarme de paciencia porque en algunos momentos los personajes y sus comportamientos me superaban, quiero pensar que en esas circunstancias yo hubiera actuado de otra manera, pero no lo sé, porque también hay que tener en cuenta la época en que se desarrolla la historia y tampoco puedo explicarme mucho más, porque tendría que desvelar parte de la trama y es mejor que la descubráis por vosotros mismos. Pese a esos pequeños detalles, os la recomiendo, como todas las otras novelas de esta escritora.
Para terminar: ·" Una vez allí , se sentía todo lo feliz que se podía sentir en este mundo. La fresca brisa del mar le devolvió a sus mejillas el color de antaño, le alegró el ánimo... Sylvia se sentaba sobre alguna roca y se ponía a mirar las olas que avanzaban reflejando la luz del sol sobre sus crestas, y avanzaban y retrocedían, una y otra vez como lo habían hecho toda la vida, al igual que cuando Sylvia y Kinraid se hicieron promesas de amor junto a ellas...".
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