Me encantan las novelas epistolares, no sé si porque despiertan mi vena cotilla o porque me parece que los personajes son más sinceros cuando escriben una carta y puedo conocer de primera mano sus pensamientos y emociones y así entenderlos mejor. Sea cual sea la razón, una novela epistolar es siempre para mi un maravilloso descubrimiento y El último verano de Ricarda Huch, no ha sido una excepción. La primera vez que leí sobre él, fue en el blog de Rosa ,Cuentame una historia y desde ese momento tuve claro que iba a leerlo este año para mis retos de clásicos y hoy por fin lo traigo al blog dentro del apartado " Clásico epistolar" nivel 4 del reto Todos los clásicos grandes y pequeños 2021 de Las Inquilinas de Netherfield.
Editorial: Duomo- Nefelibata. Fecha de publicación: 1910/ Junio 2019.156 pág.
La autora: Ricarda Huch nació en Bruswick en 1864. Estudió Historia, Filología y Filosofía en Zurich y fue una de las primeras mujeres alemanas en obtener una titulación académica Galardonada por su labor literaria con el Prestigioso Premio Goethe en 1931, fue la escritora elegida para formar parte de la Academia Prusiana de las Artes, cargo que abandonó posteriormente como protesta por la llegada de Hitler al poder. Además de poemarios y biografías, Huch es autora de las novelas Aus der Triumpgasse, Der fall Deruga y Fühling in der Schweiz.
Falleció en 1947 cuando se documentaba sobre la resistencia alemana al nazismo.
Argumento: Corre el año 1906 y el gobernador de San Petersburgo Yegor Rasimkara ha cerrado la Universidad a raiz de las protestas estudiantiles y se ha refugiado en su casa de campo, donde pretende proteger a su familia y a si mismo de las amenazas de muerte. Todo en vano, porque el hombre que su esposa ha elegido para que vele por su seguridad está conspirando a sus espaldas. Capaz de ganarse la confianza, la admiración e incluso el amor de los miembros de la familia. ¿ llegará a cumplir la misión que tiene encomendada?.
Brillante y premonitorio, este clásico de la literatura es, como apunta Cecilia Dreymüller en su revelador prólogo, una joya entre las novelas históricas, que puede leerse como una novela policíaca, llena de presagios. Ricarda Huch se descubre como una escritora de caracteres a la altura de Dostoievski.
Análisis de la novela y opinión personal: El último verano nos traslada a la Rusia del zar Nicolás II, en los primeros años del siglo XX, una época convulsa en la que los disturbios, las huelgas y las revueltas están a la orden del día; toda está agitación política ha llegado, como no podía ser menos, a la Universidad y el gobernador de San Petersburgo, Yegor Rasinkara ha ordenado su cierre a raiz de las protestas estudiantiles y ha encarcelado a los responsables. Pero la situación está tan enrarecida, que temiendo por su vida ( ha recibido varias amenazas de muerte) y la de su familia, el gobernador se traslada a Kremskoie, su casa de campo, para esperar con cierta tranquilidad la celebración de los juicios, para la que aún faltan varios meses.; piensa Yégor, que lejos de la ciudad todos ellos estarán más seguros.
Sin embargo su esposa Lusinia no está tan convencida, teme que cualquiera de los agitadores pueda llegar hasta Kremskoie y aprovechándose de la soledad de la campiña y de que los criados son pocos y ya mayores y den muerte a su marido. Así que para evitarlo, decide contratar a un "guardaespaldas", un joven que, haciéndose pasar por secretario, se encargue de proteger al gobernador. Es así como entra en su casa y en sus vidas, Liu, un hombre de gran atractivo, que terminará seduciéndolos a todos ( al menos al principio).
Poco sospecha la pobre mujer que ha metido a un lobo en su rebaño de ovejas, porque Liu es uno de los anarquistas a los que tanto teme, y que tiene una misión: asesinar al gobernador antes de que se lleven a cabo los juicios y sin que nadie lo descubra.
Y hasta aquí puedo contar... solo dejo en el aire una pregunta ¿ Conseguirá Liu su objetivo?.
En 156 páginas y 56 cartas que van desde Mayo a Julio ( no sabemos el año, solo podemos intuirlo teniendo en cuenta que la novela se escribió en 1905), Ricarda Huch nos lleva a una época marcada por los cambios sociales, las protestas estudiantiles y la lucha entre el nuevo orden lleno de promesas y el viejo que se resiste a morir.
Serán varios los corresponsales: Liu, el conspirador, que dirige sus cartas a Konstantin, uno de sus compañeros, y a través de las cuales se nos desvelará el carácter del supuesto secretario y los detalles del complot.
Los tres hijos de la familia: Velia, Katia y Yessika que escriben a su primo Peter y a su tía Tatiana y se escriben entre ellos.
La madre y esposa Lusinia, que escribe a su cuñada Tatiana y Yégor, que escribirá a sus hijos y a la Sra Demolov, la madre de uno de los cabecillas presos.
Las cartas de la familia nos permitirán conocer a cada uno de sus miembros, sus relaciones cariñosas y cercanas, no exentas de discusiones y criticas, pero siempre atemperadas por el afecto que se tienen, también la personalidad de cada uno, de los hijos, acordes con los nuevos tiempos, la de los padres, anclados en el pasado, con valores caducos que se resisten a abandonar.
También disfrutaremos de momentos pacíficos, paseos por el campo, reuniones ante una taza de té, viajes en automóvil, y escenas cotidianas, que relajaran o exacerbaran la tensión del lector, pendiente en todo momento de Liu.
Curiosamente, nunca sabremos que contestan Kostantin, Peter, Tatiana o la Sra Demilov, sus respuestas no interesan para el desarrollo de la acción, son solo la caja de resonancia de los protagonistas.
En cuanto a los personajes: tenemos a Liu, el conspirador, un joven de atractivo aspecto, seductor, culto, inteligente, solicito, que muy fácilmente se gana la confianza de la familia y el amor de la hija menor, aunque en las cartas que envía a Kostantin descubriremos su verdadero aspecto: un hombre frió, con un elevado concepto de si mismo, que en realidad no es un anarquista convencido, ni un idealista, solo quiere cumplir su " misión" para sus propios fines, quiere que salga bien, pero no por la causa, sino porque no desea perder la vida, ni la libertad, ni su reputación, porque se considera insustituible.
El gobernador Yégor Rasimkera, un hombre amenazado de muerte, que cierra los ojos ante la necesidad de un cambio social y se refugia en el cumplimiento de su deber para seguir adelante.
su esposa Lusinia, que abraza las ideas de su marido porque así fue educada y que lo ama y siente la necesidad de protegerlo por todos los medios.
Los hijos: Velia, el varón, que estudia Derecho y quiere ser diplomático, pese a su aparente ceguera, es perfectamente consciente de la situación y sabe que es necesario el cambio social, pero le falta carácter y no está dispuesto a renunciar a sus placeres. Katia, inteligente y rebelde, se opone s todo lo que su padre defiende y es capaz de luchar y enfrentarse a todo por lo que cree justo. Yéssika, hermosa y delicada, se deja guiar por su corazón y terminará sufriendo...
Los criados, encabezados por Iván, el cochero, un viejo cosaco borrachin, que encarna como nadie el alma de la vieja Rusia, adora a sus amos y haría lo imposible por protegerlos, aunque ello suponga la permanencia de un sistema que le priva de la mayor parte de sus derechos.
Con un lenguaje cuidado pero sencillo, a veces intimista, a veces irónico y humorístico, tierno y revolucionario, Ricarda Huch nos presenta una novela que surgió fruto de una apuesta ( la autora apostó que podría escribir una novela policiaca y lo hizo en 6 semanas) y que, aunque yo no considero que sea policiaca, si es histórica, llena de intriga y tensión.
Me ha gustado muchísimo El último verano, no solo por mi pasión por las novelas epistolares, sino por el magnifico retrato de una época y el lúcido estudio psicológico de los personajes. Apenas me ha durado dos tardes (y porque me racioné la lectura) que he pasado con el corazón en un puño deseando saber si Liu lograba o no cumplri su "misión".
Un estupendo personaje, Liu, el más logrado en mi opinión, aunque en ningún momento me cayó bien, al contrario, pese a reconocer todos los defectos de la familia Rasimkara, mi simpatia siempre estuvo con ellos. Y del final no puedo decir nada, solo que esta a la altura del resto de la novela.
Mención aparte merecen el extraordinario prólogo de Cecilia Dreymüller, que me ayudó a centrarme y a conocer mejor a la novela y a la autora, y Ricarda Huch, una escritora absolutamente desconocida para mi, digna de ser admirada y leída y que sufre un inmerecido olvido. ¿ llegaremos alguna vez a leer en España cualquiera otra de sus novelas?.
Para terminar: " De Liu a Kostantin
Kremskoie. 5 de Mayo
Querido Kostantin:
Acabo de tomar posesión de mi nuevo cargo y quería contarte como se presentan las cosas. No dudo que conseguiré mi objetivo, las circunstancias parecen ser incluso más favorables de lo que suponía. He despertado la simpatía de toda la familia del gobernador que no muestra la más mínima desconfianza hacia mi. En realidad es natural, solo los que estamos al corriente, podríamos temer lo contrario...".
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