Sabine Hofmann nació en 1964 en Bochumn, (Alemania), pero actualmente vive en la pequeña ciudad de Michelstand. Estudió filología Románica y Germánica y trabajó varios años en la Universidad de Francfort, allí conoció a Rosa y empezó una larga amistad que la escritura conjunta de Don de lenguas ha afianzado.
Argumento: Febrero de 1956.
El invierno esta siendo terrible, el más frío de España desde hace décadas. Esto no será obstáculo para que Ana Martí, ahora reportera de un popular semanario de sucesos, acuda a un remoto y aislado pueblecito del Maestrazgo aragonés para cubrir el caso de una niña a la que han brotado los estigmas de la Pasión. El cura y el alcalde la reciben encantados de que su "Santita", se haga famosa en todo el país. Pero ni Don Julian, el escéptico cacique del pueblo, ni la mayoría de sus habitantes comparten su simpatía hacia la forastera. Sólo Mauricio, un pobre chico discapacitado, la inteligente y extraña niña Eugenia y la atormentada viuda que hospeda a Ana, parecen dispuestos a hablar con ella. Pronto su olfato de periodista le dice que el caso de Isabelita, no es el único suceso extraño que acontece en Las Torres...
El recuerdo de una niña muerta años atrás en extrañas circunstancias, el fanatismo religioso, el frío glacial y la nieve que amenazan con dejar al pueblo incomunicado, son el telón de fondo de la intriga del gran frío, un impactante Thriller sobre los más bajos instintos de la condición humana que es a la vez un extraordinario retrato de la cruda realidad de la España rural de los años 50.
Análisis de la novela y opinión personal: Nos encontramos en Febrero de 1956, han pasado casi cuatro años desde que Ana Martí descubriera al asesino de Mariona Sobrerroca, un éxito profesional que curiosamente le acarreó la perdida de su trabajo en
La Vanguardia por la envidia de sus compañeros, todos hombres, que no podían soportar que una mujer y joven hubiera resuelto un caso al que ellos ni siquiera pudieron acercarse, sin embargo ahora todo eso es cosa del pasado. Ana continua ejerciendo de periodista, esta vez en
El caso, emblemático periódico de la época, y goza de la consideración de su jefe Enrique Rubio, que ve en Ana no solo a una mujer inteligente y valiente, sino a uno de sus mejores reporteros, de ahí que decida enviarla al pequeño pueblo de Las Torres, en el Maestrazgo Aragonés, a investigar un asunto tan interesante como delicado, el de la pequeña Isabelita Castan conocida como " La santita", una niña a quien han brotado los estigmas de La Pasión en manos y pies, que realiza curaciones e intercede por los enfermos, el asunto ha creado gran revuelo en el pueblo, y el cura, Don Benito y Don Onésimo el alcalde se han puesto en contacto con el periódico para que le de publicidad, sin embargo Enrique Rubio dadas las últimas polémicas a las que se ha enfrentado el semanario, quiere andarse con pies de plomo sobretodo en lo que a la Iglesia se refiere y prefiere investigar un poco antes de lanzar las campanas al vuelo.
Ana llega a Las Torres en uno de los inviernos más crudos que se recuerdan, armada con un saludable escepticismo, ella no cree en estigmas ni milagros, pero tiene una mente abierta y mucha curiosidad por descubrir lo que pasa, sin embargo no está preparada para lo que se encuentra en el pueblo: una atmósfera cerrada, enrarecida y malsana, unos vecinos que se cierran como ostras ante sus preguntas porque es forastera y viene a llevarse a su " santita", el excesivo entusiasmo del cura, que ve en Isabelita la posibilidad de volar lejos de Las Torres hacia destinos más halagüeños, y del Alcalde, que sueña con montar un bar para atender a los peregrinos que los inundaran cuando la niña se haga famosa, y lo que es peor, la hostilidad de Don Julian cacique del pueblo, todopoderoso señor que niega toda veracidad a los estigmas y que impide que Ana consiga acercarse a Isabelita y conozca la historia de primera mano.
Rodeada de frío y enemigos, Ana solo contara con el apoyo de Eugenia, una inteligente niña de peculiar aspecto, de Mauricio, un discapacitado a quienes todos consideran el tonto del pueblo y al que casi todos maltratan y vejan y de Aurelia, la viuda dueña de su pensión que hace unos años perdió a su hija Pili en extrañas circunstancias, sin embargo con su ayuda y su propia perspicacia, Ana descubrirá que es lo que de verdad ocurre en el pueblo, y cual es el autentico mal que se cierne sobre las vidas de sus habitantes.
Narrada prácticamente en tercera persona por un narrador omnisciente, la novela sin embargo contiene unos apartados, iniciando o terminando cada capitulo en primera persona, son los pensamientos de Mauricio, que no comprendemos en su totalidad hasta el final.
En
El gran frío,
Ana se convierte en la protagonista de la historia, desaparecidos varios de los personajes que la acompañaban en la entrega anterior, es ella la encargada de desvelar el misterio, el paso del tiempo se ha notado en Ana, igual de inteligente y atrevida, pero más madura, se enfrenta a la envidia de sus compañeros hombres que la obligan a abandonar su trabajo para no perjudicar a su jefe, amigo de su padre, tras el éxito de su investigación anterior, también ve como el hombre por el que se sentía atraída, la deja cuando ella se niega a abandonar su profesión y recluirse en casa, que era lo que solían hacer las mujeres de la época.
Ana no parece tener miedo a nada, sin embargo la soledad, el ostracismo del pueblo, el frío, y el horror que descubre en Las Torres, no dudo que han cobrado su precio.
En cuanto a los habitantes del pueblo: Don Onésimo, es el Alcalde del pueblo, su poder es más ficticio que real, porque el que en realidad manda en el lugar es Don Julian, el cacique, así que la máxima aspiración del alcalde es que cuando Isabelita sea santificada, se levante una ermita en sus terrenos, y pueda montar un bar para atender a los peregrinos, él, y el cura son los mayores interesados en que se de publicidad a los estigmas.
Don Benito: es el cura de Las Torres, es joven y tiene aspiraciones, no quiere terminar su vida en un pueblucho, sueña con obtener un cargo de eclesiástico de importancia, por eso sin comunicarlo a sus superiores, se pone en contacto con El Caso, para que un periodista de fe de los estigmas de Isabelita, y así obtener la gloria, y no precisamente la de la otra vida, y se lleva un chasco cuando Ana llega al pueblo, que sea mujer le desagrada al principio, luego se alegra, porque piensa que podrá dominarla como hace con todas las jóvenes y mujeres del pueblo, pronto descubrirá que no es así.
Don Julian: es el cacique del pueblo, propietario de la mayor parte de las tierras de cultivo de Las Torres, de las fabricas de embutidos, de la madera de los bosques, ejerce un dominio total sobre el pueblo, y hace y deshace a su antojo, también es un hombre culto, leído e ilustrado, al principio se niega a que Ana vea a Isabelita, luego lo permite, convencido que demostrará que los estigmas son falsos.
Don Miguel: Maestro del pueblo, inteligente, pero callado, no quiere meterse en problemas porque tiene antecedentes republicanos y aunque Don Julian lo protege, sabe que en el pueblo es acusado de ateo.
Don Ignacio: Jefe de la Guardia Civil, grosero, fanfarrón, sumiso con los poderosos y violento con los débiles, el es uno de los que maltrata a Mauricio.
Aurelia: dueña de la única pensión del Las Torres, una mujer seca, callada, taciturna, y no es para menos, su hija Pili murió unos años atrás en circunstancias no aclaradas y su esposo se suicido poco tiempo después, al principio se muestra recelosa con Ana, pero luego se abre a ella y es de los pocos habitantes del pueblo que la apoyan.
Eugenia: extraña niña, bizca y poco agraciada pero muy inteligente, compañera de Isabelita, persigue a Ana para que le cuente cosas de Barcelona, a donde espera marcharse algún día, ella proporciona alguna de las pistas que van a permitir a la periodista resolver el misterio.
Mauricio: discapacitado, tiene la mano izquierda más pequeña, inocente como un niño, es otro de los que ayudan a Ana porque le gusta como huele, sus monólogos van a darnos algunas claves interesantes sobre lo que pasa en Las Torres.
La ambientación es magnifica, la España rural de aquellos años está perfectamente retratada, el ambiente cerrado, opresivo del pueblo, hostil con todo lo que viene de fuera. El poder que sobre los habitantes ejercía el cacique, señor de prados y haciendas al que había que respetar hiciera lo que hiciera, la sumisión a los dictados de la Iglesia principalmente para las niñas y mujeres que carecían de voz y voto y que solo debían ser castas y obedientes, las persecuciones contra los últimos reductos rebeldes, el miedo a las represalias que obliga a callar cobardemente frente a las injusticias...
El gran frío me ha encantado, casi puedo decir que me ha gustado más que la entrega anterior pese a que en este mi personaje favorito
Beatriz, la prima de Ana casi no sale, y es que la ambientación me ha parecido muy lograda, el tema y el modo de tratarlo muy interesante y el desenlace me ha puesto los pelos de punta.
Para terminar: "El frío es una forma de dolor. El dolor que la despertó poco antes del amanecer no era el de las mañanas de invierno en su casa, el del frío húmedo de Barcelona, este era un frío que sabia colarse por los poros por más que estos se contrajeran, se abría paso entre las fibras de los músculos y se deleitaba mordisqueando los huesos".
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